Dos ciudadrealeños, entre los últimos identificados por la Asociación de Familias de Represaliados en Valdenoceda
Entre los restos, los del carrionero Santos Merino que han sido entregados a sus familiares en el acto de homenaje anual
Ciudad Real
La asociación de Familias de Represaliados en Valdenoceda ha celebrado este sábado el homenaje anual en la antigua prisión de esta localidad burgalesa, donde murieron de hambre y frío más de 150 presos. Entre los restos de los últimos identificados, hay dos ciudadrealeños.
Santos Merino, natural de Carrión de Calatrava, trabajaba en una casa de labor donde era jornalero. A la hora de cobrar le dieron una parte en dinero y la otra le dijeron que la cobrara en especie. Se llevó un saco de cereales ( era lo habitual ), pero el dueño le denunció y se lo llevaron preso. Fue acusado de "adhesion a la rebelión" en junio de 1939, como recuerda José María González, presidente de la asociación de Familias de represaliados en Valdenoceda.
Fue trasladado a la prisión de Valdenoceda donde aguantó ocho meses las inhumanas condiciones en las que allí vivían los presos. Murió en 1941, año en el que también falleció Antonio Bailón, natural de Manzanares.
En el caso de Antonio, sus descendientes no han sido localizados y sus restos han sido depositados en el panteón construido en el cementerio de Valdenoceda. En el caso de los de Santos Merino, han sido entregados a sus familiares.
Con la entrada de estos restos son ya 65 los restos que la Asociación ha identificado desde que inició este trabajo en 2010; de ellos 28 eran de la provincia de Ciudad Real algo que ha sido posible gracias a las aportaciones de los socios y donativos de particulares.