Talavante maquilla con una oreja una decepcionante tarde de toros
Deslucido encierro de la casa Matilla, más un sobrero de Torrestrella, ante el que Perera y Roca Rey se fueron de vacío
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Talavante, en la vuelta al ruedo tras cortar una oreja al quinto toro de la tarde / @maestranzapages
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Sevilla
El diestro extremeño Alejandro Talavante ha cortado la única oreja de la tarde en el festejo -cuarto de Feria- celebrado este viernes en la Real Maestranza, trofeo que en cierto modo maquilla para bien una corrida marcada por el escaso juego de los toros de la casa Matilla, más un sobrero de Torrestrella, ante los que Miguel Ángel Perera y Roca Rey se fueron finalmente de vacío.
- ficha del festejo
La tarde arrancó con un primer ejemplar complicado, sobre todo por el pitón derecho, que dio nulas opciones a Perera. El cuarto, un toro terciado que se tapaba por la cara, se cuidó en el caballo y pareció tener ciertas posibilidades en el capote de Javier Ambel, el hombre encargado de la lidia, pero todo cambió cuando el animal prendió a Curro Javier a la salida del tercer par de banderillas, por fortuna sin graves consecuencias, y ya en la muleta echó el freno. Dos pinchazos y estocada caída y pinchazo y estocada trasera fueron la actuación de Perera con los aceros.
Talavante pechó con un primer ejemplar más altón y que tuvo cierta clase pero sin llegar a rematar. Muy buena la media verónica con la que Roca Rey cerró un quite por chicuelinas mientras que la faena de muleta del extremeño tuvo momentos destacados por ambos pitones aunque le faltó algo de continuidad, la que no tenía el toro. Tres pinchazos precedieron a la estocada tendida definitiva. El quinto fue un manso que se dejó en la muleta y Talavante acertó a dejársela siempre puesta al hilo de las tablas. Apretó el torero en la quinta serie y sonó el pasodoble antes de que una certera estocada pusiera en sus manos la única oreja de la tarde.
Roca Rey tuvo que hacer frente a los dos sobreros de la tarde. El primero, un toraco de 590 kilos del hierro titular de la tarde, lo brindó a su apoderado, José Antonio Campuzano, para comenzar la faena con dos pases cambiados por la espalda, un natural templadísimo y un largo pase de pecho. Tanta firmeza derrochó el torero que acabó rajando al toro, al que despachó de media estocada y tres pinchazos. Con el sexto bis, un ejemplar de pelo sardo de la ganadería de Torrestrella, el peruano estrelló sus ganas de agradar ante las vulgares embestidas del animal que también acabó rajadito y con el que un pinchazo hondo fue suficiente, aunque el toro le dio un tremendo susto al tercero de la cuadrilla, Paquito Algaba, en el momento de apuntillarlo.