Ocio y cultura
Juan A. Palacios

‘El mágico poder de la letra P’

Allí estaba nuestro urbanitas, sentado delante de aquel plasma gigante, casi tan grande como una pantalla de cine, muy por encima de las 150 pulgadas que se considera el más grande del mundo

Firma Juan A. Palacios, "El mágico poder de la letras P"

Firma Juan A. Palacios, "El mágico poder de la letras P"

03:29

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

Algeciras

Allí estaba nuestro urbanitas, sentado delante de aquel plasma gigante, casi tan grande como una pantalla de cine, muy por encima de las 150 pulgadas que se considera el más grande del mundo. Era enorme y único, un experimento para enseñarles a la gente todo lo que quisiera saber de lo que ocurría en cada momento en el mundo.

Pero hoy, si no les importa quisiera hablar del poder mágico de la letra P, esa P de patrimonio que todos debemos salvaguardar y valorizar desde lo global hasta lo local.

Alguien pudiera llegar a pensar escudriñando en las entrañas de los diccionarios o curioseando algunas páginas de la historia, que tal vez la “p”, sea una de las letras más traviesas, y si no es así, quizás una de las mayores fábricas de formación de palabras, y soporte de actividades de información.

No olvidemos lo importante que es en nuestro paso por la vida, el creer en algo; sin fantasmas ni sumisiones, sin predicadores ni fanáticos; el saber gestionar nuestros éxitos y fracasos, y que cuatro de las profesiones más socialmente conocidas destacan además en sus funciones por una curiosidad, que en algunos casos puede lindar con lo patológico, como son los casos del periodismo, la psicología, la política y la policía.

Todos se mueven entre ejes y puntos que convergen y se diferencian. Unos con la intención de presentarnos la actualidad bajo distintos prismas y ángulos. Otros practicando el difícil arte de escucharnos, para que descubramos que nos pasa, cual es el origen y la causa de nuestros problemas, nos coloquemos ante el espejo y seamos capaces de ponerles remedio.

También están, los que en el noble afán de conocer la realidad y todas sus claves, trabajan para mejorar la sociedad, o quienes pretenden saber que hay detrás de lo que aparece o se ve, para garantizar nuestra seguridad. Y probablemente todos, desde sus diferentes ópticas busquen la verdad.

Juntar palabras, jugar con ellas hasta lograr expresar algunas ideas, que salen a la superficie con la pretensión de ir poco a poco llenando la pantalla en blanco del ordenador e intentar hilvanar este comentario, puede ser un ejercicio de masoquismo, una misión imposible o un camino divertido.

De todas maneras en el caso de la “p” hay palabras con una gran resonancia que la tienen como protagonistas como son los casos de paz, pan, pez, piel, paciencia o previsiblemente, solo por citar algunos ejemplos.

También tenemos personajes para todos los gustos como peón, pintor, peluquero , pastelero, piloto, pedagogo , pianista , párroco , poeta , prestidigitador , promotor o programador , y todos ellos formando parte de cualquier historia puñetera en la que el guionista les asigna un papel de pedante, pegajoso , perezoso, pijo, pirata , pretencioso , pusilánime, prudente , provocador , pecador o puritano , por no alargar esta lista que ya empieza a ser pesada y punitiva.

Está visto y comprobado , como bien dice García Márquez , que la creación intelectual , llevada al terreno de lo literario , es el más misterioso y solitario de los oficios humanos , y si no, a los hechos me remito, finalizando lo que era solo una parodia , una caricatura dedicada a la mágica letra “p”, mientras el urbanitas continuaba frente al plasma gigante.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00