El subcampeonato se pone a tiro

Valencia

A estas alturas de la película, haciendo cuentas ya para ver la tarde en la que el Valencia se clasifica matemáticamente para la próxima edición de la Champions League, no es ninguna osadía plantearse que el equipo de Marcelino sea más ambicioso todavía. Conseguido virtualmente un objetivo impensable cuando comenzó la temporada, a falta de siete jornadas el subcampeonato es una posibilidad tangible.

Tras el triunfo de esta noche ante el Espanyol y aprovechando el empate del Bernabéu entre Real Madrid y Atlético de Madrid, el club de Mestalla se coloca tercero. Ventajas económicas al margen (el segundo en Liga dispondrá de 4'4 millones de euros más que el cuarto para el Fair Play Financiero), acabar por detrás del Barça dispararía más si cabe el prestigio y la importancia que el Valencia ha recuperado desde agosto. A pesar de la diferencia presupuestaria con Madrid y Atleti, ser capaz de acabar por delante de ambos convertiría en cum laude la brillante campaña del murciélago.

La inercia del Valencia es tan positiva que incluso concediendo numerosas llegadas claras como las que el Espanyol tuvo en la primera mitad de partido es capaz de sumar de tres en tres. Aferrado a una genialidad de Guedes, el oportunismo de Rodrigo -que debe ser uno de los delanteros de Lopetegui en el Mundial- y una extraordinaria capacidad de trabajo, el conjunto valencianista adelanta al Real Madrid y puede estar matemáticamente en Champions si se da la carambola la próxima semana.

Acaba de comenzar abril y la Sala VIP del fútbol europeo ya espera al Valencia. Si no es en la jornada 32, será en la 33. Tan pronto va a cumplir el equipo el mejor objetivo imaginable que sería absurdo perder el hambre de gloria y renunciar a un subcampeonato que se ha puesto a tiro. A por él.