"Las aficiones se llevan mejor cuando depositan flores en la placa de Iñigo"

Bilbao

Entrar en la casa de la familia Cabacas Lizeranzu es como adentrarse en un santuario en el que mil cosas recuerdan a su hijo Iñigo, el joven que falleció tras recibir el impacto de un pelotazo de la Ertzaintza durante los incidentes registrados en el partido Athletic-Schalke. Un cuadro, unas fotografías, una placa... Seis años desde aquel terrible incidente que para sus progenitores, Manu y Fina, han pasado "muy deprisa".

"Los homenajes son bonitos, pero nos revuelven los sentimientos, las heridas", cuenta Manu, "no nos hacemos a la falta de él". Por su parte, Fina asocia su duelo al juicio. "Espero que no se cierre en falso", pide, "quiero hacer un duelo, porque aún no lo he hecho, y tener una buena vida sin mi hijo porque ya sé que no va a volver". Sin embargo, a pesar de la tristeza, reconocen que hay luces y sombras. En este sentido, confiesan que se sienten orgullosos porque "a raíz de ese día, las distintas aficiones entran y se llevan mucho mejor que antes, cuando juegan y le depositan flores en la placa".

En cuanto al homenaje de este sábado en la Kirruli plaza, el callejón junto a María Díaz de Haro donde perdió la vida, Manu señala que le gustaría que estuviera toda esa gente que por la calle les muestra su apoyo porque "le pudo pasar a cualquiera". "Esperamos estar arropados, que nos sintamos dignos", añaden.