La batalla por la fachada marítima entre Cort y Endesa

Palma de Mallorca

La exalcaldesa Aina Calvo quiso que fuese una fachada abierta al mar y libre de cemento. Endesa lo llevó a la justicia y el Tribunal Superior de Justicia de Baleares les ha dado la razón en primera y segunda instancia, eliminando así la posibilidad de que, a corto y medio plazo, el Ajuntament de Palma pueda hacer un centro cívico en el edificio de GESA y abriendo la puerta a que, si Cort y la eléctrica no llegan a un acuerdo, se puedan construir viviendas en lo que hoy son zonas verdes. La sentencia, de hace 6 meses, declara ilegal el procedimiento de reparcelación de la fachada marítima y mantiene en vilo el futuro de este lugar.

Ambos, Ajuntament de Palma y Endesa, hace meses que están negociando para encontrar una solución que satisfaga a ambas partes. Por el momento, sin éxito. La empresa privada no está dispuesta a deprenderse del solar que le pertenece: "Son muy jugosos porque están en primera linea y tienen valor económico", sentencia la portavoz Magdalena Frau. El concejal de Urbanismo, Jose Hila, es más optimista y confía en que cuando termine la tasación de la primera línea -el edificio de GESA y los solares de Nou Llevant incluidos- puedan sellar un acuerdo que mantenga intacta la fachada marítima. "La línea roja", explica Hila, "es que este lugar siga como está ahora". 

En este acuerdo global entra también la titularidad de la antigua sede de GESA. Declarada BIC en tiempos de María Antonia Munar, Endesa no quiere hacerse cargo de lo que cuesta su mantenimiento. Y Cort, por su parte, sólo actúa para que no sea ocupado o para evitar problemas de seguridad. Y mientras tanto, pasan los meses y el edificio protegido por tener un "muro cortina" se degrada sin que nadie asuma la responsabilidad.