CurioSERando: "Una de acuíferos"

Alcázar de San Juan

En estos días de continuas y a veces intensas lluvias, muchos se preguntan el estado de los pantanos y los niveles de los acuíferos. Casi todos conocemos el funcionamiento y aspecto de un pantano, pero no se puede decir lo mismo, por su complejidad, cómo es un acuífero.

Los hay libres, cautivos, con aguas producto de estas lluvias o acuíferos que aún hoy se recargan con lluvias que ocurrieron hace miles de años. ¿Cómo son y cómo están los acuíferos de La Mancha? Hoy les damos un repaso en CurioSERando con un invitado muy especial, uno de los mayores expertos en materia de agua del país: Enrique Calleja.

¿Qué es un acuífero?

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Podemos partir de una premisa simple: una estructura geológica que puede tanto almacenar como transmitir el agua de forma relativamente sencilla. Los hay con superficies que comprenden pocas hectáreas a miles de kilómetros cuadrados, y de pocos metros de espesor hasta varios cientos de metros (en Perdigueras por ejemplo tenemos un pozo que puede captar agua a 540 metros bajo el suelo). En alguna ocasión leeremos el término acuitardo. Así se llama a un “acuífero” cuando para extraer el agua se hace una ardua misión y el agua la transmite lentamente. Pero sin embargo, son básicos porque contactan con mucha superficie con acuíferos convencionales y son una fuente de recarga importante.

Respecto a los tipos de acuíferos, podemos clasificarlos según la presión a la que está sometida el agua que contiene. Los hay libres o freáticos. La altura de esa agua está en contacto con el aire y tiene su misma presión, la atmosférica. O cuando hacemos un pozo y vemos el agua, decimos que se ha alcanzado ese nivel freático (freático significa pozo en griego). Estos acuíferos suelen recargarse con el agua de lluvia, de ríos, lagunas, etc. Un segundo tipo sería el acuífero cautivo. Sería aquel que está confinado por arriba y por abajo por dos paredes impermeables de roca (por ejemplo arcillas) y el agua está a mayor presión. Si pinchamos en esa pared y extraemos el agua, ésta asciende hasta una altura a la que se iguale la presión con el aire, y puede estar varios metros por encima de esa pared superior e incluso sobre el terreno (saliendo esos chorros que por ejemplo vimos hace unos años en Granátula de Calatrava, mal llamados geisers). A este tipo de fenómeno se le llamaba artesianismo, por lo que muchos de los pozos artesianos como así se conocen los de las inmediaciones de Alcázar y la comarca, ya sabemos en qué consistían. Algunos de estos pozos están tan confinados que se habla de que tienen aguas fósiles. Son aguas que llevan miles o millones de años en dichos acuíferos.

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¿Tiene algo que ver la sobreexplotación de un acuífero a la hora de ver el cauce de ríos como el Gigüela o el Záncara?

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Un acuífero está sobreexplotado si se extrae más que lo que se renueva, se deteriora gravemente la calidad y/o se ponga en peligro la subsistencia del propio acuífero por técnicas extractivas incompatibles con él. Un caso lo tenemos en la propia comarca y ponemos como ejemplo a los ríos Gigüela y Záncara, que no transcurren por algunos tramos.

Hablábamos hace un momento de ese artesianismo, que es como salir el agua a presión del acuífero confinado, como si apretásemos un globo con agua para que subiera el agua. Resulta que al sobreexplotar el acuífero, no surgen estas aguas por esos ríos, que se han transformado en perdedores o mejor dicho “recargadores” del acuífero, en lugar de ser cauces por donde rezume el acuífero. Incluso se ha llegado a observar un fenómeno, el Guadiana remontante, único en los grandes ríos de Europa: el agua se dirigía a la cabecera de río. Nos indica la necesidad de una gestión sostenible porque son también una importante base en el progreso económico de la región.