Aquel inolvidable 4 de diciembre de 1977
La opinión de Antonio Cepedello

Hoy por Hoy Andújar (01/03/2018)
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Andújar
-Era una mañana de frío insoportable, cuando me desperté más temprano de lo habitual un domingo, pero mi padre estaba ya en la cocina, por lo que no pude evitar que me preguntara sobre dónde iba a esas horas.
-Menos mal que esta circunstancia la había previsto y tenía preparada la excusa casi perfecta para mi inusual madrugón. Iba a jugar en Cazorla un partido de baloncesto con el añorado CB Andújar-Tombalux, y por eso tenía que salir tan pronto de casa.
-La realidad era otra bien distinta. Con 13 años de edad acudía a mi primera manifestación, en aquel inolvidable 4 de diciembre de 1977 en Jaén. La fecha que debe ser el día de nuestra tierra y no la oficial del 28 de febrero, que conmemora un bochornoso y triste referéndum manipulado.
-Todo para mí resultó nuevo y sorprendente aquel día, desde que en la Puerta Madrid me monté en un autobús llenos de personas con banderas y símbolos hasta entonces prohibidos, que nada más arrancar ya empezaron a corear gritos como ‘Sí, sí, sí Andalucía es un país. No, no, no, Andalucía no es sólo una región’.
-Mi ilusión y entusiasmo se convirtió en cierto miedo y nerviosismo cuando al llegar a la capital jiennense nos encontramos rodeados de policías. Nunca había visto tantos ‘grises’ juntos. Pronto recobré mi euforia y me atreví a sacar mi bandera andaluza para agitarla al viento, mientras repetía sin cesar proclamas como ‘Adolfo Suárez, justicia con los olivares’ o ‘Dónde están que no se ven las pancartas de UCD’. La tensión volvió cuando al pasar por la sede de Fuerza Nueva un grupo de nostálgicos nos insultaban y tiraban huevos y tomates.
-La vuelta a Andújar fue una fiesta hasta que por la radio del autobús escuchamos que se habían producido incidentes en Málaga, provocados por unos supuestos ‘exaltados’ que habían obligado a actuar a las fuerzas de seguridad del Estado. Nos enteramos después que la Policía había matado a un joven llamado García Caparrós.
-A pesar de esta desgracia y de los sustos que pasé, ese día me sentí más andaluz que nunca. Luego vinieron muchas más manifestaciones para conseguir la autonomía andaluza, pero aquella mañana fue muy especial para mí.
-Regresé a casa tarareando la canción del inolvidable Carlos Cano que dice: “De Ronda vengo, la voy buscando, la flor del pueblo, la flor de mayo, es verde y blanca y verde”. Pero, entonces, la sorpresa me la volvió a dar mi padre, cuando apareció de repente y me preguntó: “¿Antoñito, no me dijiste que ibas a Cazorla, porque vienes cantando ahora que has estado en Ronda?”.
- ANTONIO CEPEDELLO