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Acuerdo la próxima semana

'Junts per Catalunya' y ERC ultiman el acuerdo para desatascar la legislatura y, de hecho, fuentes de ambos partidos consultadas por la SER sitúan el anuncio público del pacto, como muy tarde, para el próximo martes. Aunque aún faltan algunos temas para cerrar, las dos formaciones trabajan bajo la hipótesis de que Puigdemont renunciará finalmente a ser investido por el Parlamento, pero tendría un gran poder político a través de una especie de contrato privado

Barcelona

Según fuentes conocedoras de las negociaciones, la fórmula a través de la cual sería posible restituir a Carles Puigdemont, como quiere 'Junts per Catalunya', pero sin desobedecer el Constitucional, como reclama Esquerra, sería la siguiente: primero, el Parlament aprobaría una propuesta de resolución que reconocería la legitimidad del ex presidente y de su Gobierno cesado; después una delegación de diputados independentistas iría a Bruselas para hacer un acto simbólico de reconocimiento de Puigdemont y, en tercer lugar, el Parlament investiría oficialmente un President que, con toda probabilidad, será alguien imputado, como Jordi Sànchez o Jordi Turull.

Esto permitiría mantener el pulso con el Estado, que es una de las condiciones que pone 'Junts per Catalunya', y podría obligar a nombrar un conseller que, este sí, gestionara el día a día de la Generalitat, en caso de que el elegido fuera el ex líder de la Asamblea Nacional Catalana, actualmente encarcelado y, por tanto, sin capacidad para ejercer el cargo.

En esta línea, otras fuentes nos cuentan que el nombre de Sànchez es uno de los preferidos por Puigdemont y que, de hecho, ya se ha estudiado con los servicios jurídicos de los partidos la viabilidad de su presidencia.

Uno de los puntos de fricción en estos momentos es que los republicanos no quieren que los neoconvergentes acumulen todo el poder: Puigdemont, la presidencia que constaría en el Boletín Oficial y el conseller que se encargaría del día a día desde Palau.

Es más, consideran que Oriol Junqueras ha de tener un papel político también muy relevante, sin descartar que el presidente que conste en el Diario Oficial (el investido por el Parlament) sea el líder republicano.

En cuanto a Carles Puigdemont, a través de un acuerdo basado en la confianza (de un acuerdo, dicen las fuentes, de derecho privado) se le reconocería el liderazgo máximo dentro del ejecutivo, y algunas atribuciones, como la convocatoria de elecciones o el cese de los consejeros.

La otra gran dificultad para terminar de cerrar el acuerdo estaría en la hoja de ruta, en temas como la internacionalización o el impulso del proceso constituyente.

Fuentes de 'Junts per Catalunya' consultadas por la SER se muestran "inquietas y perplejas" porque dicen que Esquerra quiere renunciar a desarrollar el mandato del 1 de octubre. Según explican, la lista de Puigdemont busca una cierta tensión con el Estado porque, dicen, "si es para hacer un Gobierno autonómico, no estaremos".

En cambio los republicanos consideran que hay fórmulas para mantener este compromiso (para hacer el llamado proceso constituyente) sin que ello signifique un choque frontal con el Estado. Un choque frontal que, dicen, no serviría para conseguir ninguna mejora para Cataluña, y en cambio podría dilapidar todo el trabajo conseguido por los republicanos el 21 de diciembre en el área metropolitana, donde han hecho que el independentismo crezca en zonas que tradicionalmente estaban en manos del PSC.

 
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