Andujareños olvidados
La opinión de Pablo Quesada
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Hoy por Hoy Andújar (15/02/2018)
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Andújar
Dar un paseo por Andújar supone recorrer un callejero cargado de siglos de historia que han forjado sus nombres. Algunas calles nos recuerdan las profesiones o actividades comerciales que en ellas se desarrollaban, como la calle los Hornos, Ollerías, Talabarteros o Caldereros; otras hacen referencia a los edificios públicos que se ubicaban allí, como la calle Postigos, la Tercia o la Plaza del Castillo; otras nos recuerdan antiguos conventos o edificios religiosos, como el de San Francisco, el de Capuchinos o el convento de Santa Clara; también las hay que nos recuerdan fechas históricas con relevancia para Andújar, como el 12 de agosto, el 28 de febrero o el 22 de julio; y finalmente también las hay con nombres de iliturgitanos ilustres que por sus méritos han merecido un recuerdo en el callejero, como Fernando Quero, el poeta Pablo Alcalde, el arzobispo Estepa o Margarita Córcoles.
Ahora bien, si quisiéramos hacer una semblanza histórica de iliturgitanos ilustres, el callejero de nuestra ciudad sería una referencia incompleta, pues hay ausencias de personas de Andújar que tuvieron relevancia histórica. Es el caso de Antonio María Martínez. Se sabe de él que nació en Andújar, aunque la fecha exacta no se conoce. Tuvo que haberlo hecho en algún momento entre 1760 y 1770 porque sí sabe que el 7 de julio de 1785 ingresó en la carrera militar. Una carrera que tuvo que ser exitosa porque se hizo merecedor de la Cruz del Norte de Europa y de la Cruz de Alemania en su trayectoria.
Sin embargo, no fue la carrera militar la que le ha hecho pasar a la historia y al recuerdo, quizás no al de Andújar, pero sí al de Tejas. Lo fue el hecho de que el 27 de marzo de 1817, el virrey de Nueva España lo nombró gobernador de la provincia de Tejas, por entonces todavía bajo soberanía española. Eran años muy difíciles para la posición española en toda Nueva España se estaban viviendo los movimientos revolucionarios que desembocaron en la independencia de México, que en aquel momento era el doble del México actual. Pues allá a la provincia española de Texas enviaron a nuestro paisano, a una provincia que, no se engañen por el nombre, era y es más extensa que la península ibérica, muy despoblada, escasamente abastecida, con las presiones de los independistas mexicanos y la presión de los anglosajones que pretendían instalarse en Texas -para quedarse, con ella, claro- desde Misisipi y Luisiana.
A nuestro paisano le tocó bailar con la más fea, pero valiente como él sólo, y con la promesa de apoyo y ayuda del virrey, en 1817 se instaló en San Antonio de Béjar, hoy sede de un conocido equipo de la NBA y por entonces capital de la Tejas española. Lo hizo con mucha ilusión como recogen las crónicas que se conservan en el Archivo Histórico de Texas, ilusión que se le pasó rápido cuando comprobó el estado de ruina del territorio que le habían encargado administrar. El 28 de mayo de 1817 tomó posesión de su cargo y dos después le escribe al virrey para exponerle lo delicado de la situación. De las 500 fanegas de grano que debía llevar, sólo puedo conseguir 184 por falta de mulos y caballos y le pedía a su superior que le mandara comida, hierro y, curiosamente cigarros, porque las guarniciones estaban desabastecidas y pasaban hambre. Unas guarniciones que cifra en 301 hombres, sin monturas, desnutridos, para guarecer los presidios de El Álamo y Bahía del Espíritu Santo. La ayuda nunca llegó. Ante el empuje de los revolucionarios, tras consultar a la Diputación Provincial, el 8 de febrero 1821 le escribe a Moses Austin (que da nombre a la actual capital de Texas) para, a la desesperada, permitir la entrada de éste y de unos 300 colonos anglosajones a cambio de que se naturalizaran como españoles y como católicos, y defendieran a España y al Rey.
El 24 de agosto de 1822 tuvo que entregar su cargo al nuevo gobernador, ya mexicano. Con Antonio María Martínez, de Andújar, se cierra la presencia de España en Tejas. Murió, puede que de pena, en Ciudad de México en 1823 y pasó al olvido de la historia. Para saber de él hay que bucear en los archivos históricos de Texas. Existe alguna brevísima reseña de él en las versiones en inglés y alemán de Wikipedia. La versión en español también se olvida de él.
- PABLO QUESADA