El Ayuntamiento quiere transformar la Castellana para que deje de ser una "autovía urbana"
El Gobierno municipal trabaja en un proyecto para recuperar el eje Norte-Sur mediante la ordenación de la movilidad, que no empezaría a desarrollarse hasta el próximo mandato. La idea es reducir la capacidad del tráfico privado, bajar la velocidad, reforzar el transporte público, crear itinerarios ciclistas y recuperar los bulevares
Madrid
Diversos colectivos y asociaciones ciclistas han lanzado una campaña para pedir un carril bici en la Castellana. El equipo de Manuela Carmena ya ha manifestado su apoyo a esta iniciativa, pero lo que tiene entre manos es un “proyecto de legislatura” mucho más ambicioso, que no se podría llevar a cabo hasta el próximo mandato municipal.
Si Ahora Madrid revalidara el Gobierno a partir de junio de 2019, uno de sus proyectos estrella sería la transformación de esa gran avenida -seis carriles centrales en la vía principal y cuatro laterales- en un espacio más verde y con menos coches. El esquema esbozado apuesta por la reordenación de la movilidad para convertir el paseo en un gran “eje cívico”, lejos de lo que es ahora: una barrera de tráfico, que actúa casi como si fuera una autopista.
La reforma de este 'nuevo' eje Norte-Sur, entre plaza de Castilla y Colón, también alcanzaría a los paseos de Recoletos y del Prado, hasta la glorieta de Atocha, con la dificultad añadida de actuar en este último caso sobre un espacio de gran protección patrimonial, que tiene la consideración de Bien de Interés Cultural (BIC).
Tramos sobre los que actuar
1.- Paseo del Prado. Entre Atocha y Cibeles, es el tramo que al Ayuntamiento etiqueta como de centralidad cultural del Paseo y, es uno de los espacios con mayor valor patrimonial de Madrid. Se compone de dos subtramos: el primero, entre Atocha y Neptuno; y el segundo, entre Neptuno y Cibeles.
2.- Paseo de Recoletos. Entre Cibeles y Colón, es uno de los tramos con mayor intensidad de uso del bulevar ajardinado.
3.- Paseo de la Castellana. Entre Colón y Nuevos Ministerios. Con los subtramos marcados por la calle de Eduardo Dato, la plaza de Emilio Castelar y Gregorio Marañón.
4.- Paseo de la Castellana. Entre Nuevos Ministerios y Lima. Este tramo discurre frente al conjunto de Azca, uno de los espacios de centralidad terciaria de la ciudad.
5.- Paseo de la Castellana. Entre Lima y Plaza de Castilla. También cuenta con dos subtramos. El primero, entre Lima y Cuzco, marcado por el Palacio de Congresos, la fachada norte de Azca y el estadio Santiago Bernabéu. El otro, con protagonismo del Canal de Isabel II y el INE. Mención aparte tiene la propia plaza de Castilla, que alberga dos torres de oficinas, los juzgados y el intercambiador norte de autobuses.
Proyecto estratégico
“Nosotros plantearíamos pasar de una autovía urbana, que es una barrera física muy importante, a convertir la Castellana en un eje cívico donde el coche pierda protagonismo y quien lo gane sea el peatón, la bicicleta y el transporte público. Hay que reordenar ese paseo y desde luego entendemos que es un proyecto estratégico para la ciudad de Madrid”, asegura en declaraciones a la Cadena SER el delegado de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS), José Manuel Calvo, cuyo equipo trabaja en este proyecto desde hace algún tiempo.
“Tenemos una visión a corto plazo, que tiene que ver con las obras que van a comenzar de manera inmediata, pero también a largo plazo sobre qué de modelo ciudad queremos y cuáles son los pasos a dar y uno de ellos es este proyecto de reordenación y mejora de la Castellana. Si la Gran Vía ha sido el proyecto simbólico de la transformación de Madrid para esta legislatura, la Castellana tiene que ser el proyecto estratégico a partir de 2019”, defiende Calvo.
El proyecto de 80 páginas, titulado “Esquema Funcional de Ordenación de la Movilidad y el Espacio Público del Paseo Norte-Sur”, sostiene que “la capacidad de la configuración actual de la movilidad en el eje le permite constituirse en un itinerario alternativo a las dos grandes infraestructuras de circunvalación, la M30 y la M40, para canalizar el tráfico de paso por la ciudad. Todo ello a pesar de ser una vía urbana”.
Recomendaciones
Para evitar el modelo actual, el anteproyecto de DUS sobre la Castellana plantea una serie de recomendaciones de actuación como “la implantación de plataformas reservadas para autobuses y ciclistas aprovechando la reducción del número y ancho de los carriles de circulación” o, también, la “ordenación de la circulación en las plazas-rotonda dando continuidad peatonal con pasos de peatones claros y la regulación del aparcamiento en las vías laterales cuando suponga una barrera para el acceso sencillo a los bulevares laterales”.
Se trataría además, añade el delegado, de “reducir capacidad a los coches; incorporar itinerarios ciclistas, con carril bici en los dos sentidos; potenciar el transporte público y reordenarlo; resolver los problemas que hay en este momento en las intersecciones con las calles transversales, además de acondicionar el espacio peatonal con una Castellana más verde que pudiera recordar a esos bulevares que son referencia del urbanismo en la ciudad de Madrid”.
Transporte público de alta capacidad
El objetivo, según el Ayuntamiento, es "crear las condiciones para que en el eje puedan operar servicios de transporte en superficie de alta capacidad para que el transporte público sea la opción más rápida y cómoda para recorrer el eje.
La estrategia pasa, entre otros planteamientos, por dotar el eje de plataformas reservadas con un alto grado de segregación para poder convertir la actual línea 27 de EMT en un servicio de alta capacidad con características de BRT (Bus Rapid Transit) o de “metro de superficie”.
Eje verde
En los presupuestos participativos de 2017, tal y como recoge la web Madrid Decide, también aparece la creación de "un eje verde peatonal y ciclista de norte a sur entre el Paseo de la Castellana - Paseo de Recoletos - Paseo del Prado - Paseo de las Delicias - Calle Maestro Arbós, con una longitud total de 9 kilómetros".