Los patinetes eléctricos, una nueva forma de moverse por la ciudad, todavía sin legislación

Valladolid

Fue el regalo estrella en las pasadas comuniones y uno de los más solicitados en la carta a los Reyes Magos en la última Navidad. La Dirección General de Tráfico los clasifica como vehículos de movilidad personal (VMP) pero para el público son monopatines eléctricos, hoverboard, monociclos, diciclos y segway, diferentes artilugios con los que desplazarse por la ciudad, sin hacer esfuerzo y sin contaminar, ya que son eléctricos. Estos nuevos modelos de vehículo son utilizados generalmente por los niños, pero también por los adultos y debido a su proliferación generan situaciones de riesgo al compartir espacio con el resto de usuarios. Sin ir más lejos, el pasado día 21 de enero, un niño de 5 años falleció en Badajoz tras ser atropellado por un autobús después de que el pequeño irrumpiera en la calzada porque se le había descontrolado el patinete eléctrico sobre el que se desplazaba.

No existe legislación que regule estos aparatos

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La Dirección General de Tráfico diferencia entre el peatón, que debe circular por las aceras, y los vehículos a motor, que deben desplazarse por las calzadas. Las nuevas tecnologías han favorecido la aparición de diferentes opciones novedosas para la movilidad urbana que favorecen los desplazamientos de los peatones. No hay legislación en este sentido. La DGT deja en manos de los ayuntamientos y sus policías locales la decisión de qué hacer en estos casos. El concejal de Movilidad del Ayuntamiento de Valladolid, Luis Vélez, explica que “ya hemos recibido algunas quejas por parte de peatones que se encuentran con estos aparatos, pero son pocas. (…) Barcelona cuenta ya con una legislación pero tendremos que ver cómo funciona”.

El hoverboard, el patinete más vendido

El hoverboard es conocido por muchos como ‘balance scooter’ o ‘scooter de balance autónomo’ y no es más que una tabla de plástico sobre dos ruedas en la que el usuario tiene que mantener el equilibrio. Con sus movimientos sobre la tabla, el usuario consigue moverse a velocidades que llegan a los 15 o 20 km/h. Ha sido uno de los regalos más solicitados en las pasadas comuniones y en las navidades, pero no son el único VMP que existe en el mercado. Están los tradicionales patinetes eléctricos, los monociclos, diciclos y segway. Sus precios oscilan entre los 120 euros y los 3.000. Juan Carlos Gómez se encarga de vender este tipo de artilugios y asegura que “en alguna ocasión nos hemos quedado sin stock. Generalmente se compran para los niños de la casa”.

Al no ser considerados como un vehículo de motor, la DGT señala que no es obligatorio contar con un seguro para el VMP, aunque el usuario puede hacerlo si lo desea.

“Puede ser un medio de transporte adecuado para mi hijo cuando vaya a las extraescolares”

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Miguel Ángel Rodríguez tiene un hijo de 12 años que se mueve ya en hoverboard por Valladolid. “Lo utiliza de forma lúdica pero si hubiéramos comprado un patinete eléctrico hubiera sido más adecuado para que mi hijo se desplazara por la ciudad a las actividades extraescolares. Con el hoverboard no lo veo posible”.

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La versión más avanzada de estos monopatines es el segway, un vehículo de transporte ligero de dos ruedas, con autobalanceo, controlado por un ordenador situado en la base del aparato. El usuario debe inclinarse hacia la dirección que desea tomar para que el segway realice la maniobra. Es habitual ver a los empleados de seguridad de los centros comerciales subidos a ellos para moverse por el local o a un grupo de turistas ya que muchas rutas se contratan para realizarlas sobre este VMP.

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Los vehículos de movilidad personal son una nueva forma para moverse en la ciudad. En lugares como Madrid o Barcelona, son muchas las personas que ya comienzan a utilizarlos para ir al trabajo como alternativa al coche, la moto o la bicicleta. ¿Habrán venido para quedarse?