El viaje de la ceniza a la ría
Tras tres meses de los incendios que asolaron la provincia de Pontevedra y pese a los intentos por evitarlo, la ceniza ha llegado al mar. Hemos hecho un viaje para seguir sus pasos

El viaje de la ceniza a la ría
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Vigo
Este es un paseo por el monte por el entorno de la Ría de Vigo pero también por los tres meses que han transcurrido desde que la ola de incendios azotó el sur de la provincia de Pontevedra. Lo hemos hecho con un guía de excepción, con Antón Lois, portavoz de Amigos da Terra, un hombre que conoce el monte, la ría, las especies que los habitan y que lleva todo este tiempo vigilando el viaje de los restos del incendio a través del río.

El primer foco del incendio tres meses después. El negro, como las llamas y los eucaliptos, llega al pie de las casas. / María Díaz

El primer foco del incendio tres meses después. El negro, como las llamas y los eucaliptos, llega al pie de las casas. / María Díaz
Él nos enseña como tras las las llamas, ahora, en lo alto de Soutomaior en el límite con Ponte Caldelas, el punto donde en el extremo Norte se originó el fuego, quedan diferentes tonos ocres, los de los esqueletos de los árboles quemados, los del suelo calcinado pero también de la paja que cubre la ladera, puesta por técnicos y voluntarios para evitar que las cenizas llegaran al agua.

Así bajan los lodos y la ceniza en el Verdugo con marea baja. / Amigos da Terra

Así bajan los lodos y la ceniza en el Verdugo con marea baja. / Amigos da Terra
La intención era esa, pero el resultado es otro. Con Antón Lois hemos recorrido el curso del río Verdugo y en sus laderas, la evidencia. Restos de árboles quemados a simple vista, y cuando nos acercamos a los lodos.. ceniza.

Antón Lois sostiene restos evidentes de los incendios pero a kilómetros de distancia de su origen. / María Díaz

Antón Lois sostiene restos evidentes de los incendios pero a kilómetros de distancia de su origen. / María Díaz
Ceniza que encontramos también más abajo, en la desembocadura de la ría en la ensenada de San Simón, con rande al fondo, esa ceniza forma una capa entre el sol y los bivalvos. De momento la mayor parte está en suspensión, impidiendo que la luz del sol llegue al fondo, pero las consecuencias reales las conoceremos, nos explica, cuando se pose.

Al fondo restos evidentes del monte quemado en la playa de Arcade, en la ensenada de San Simón, en la desembocadura de la Ría. / María Díaz

Al fondo restos evidentes del monte quemado en la playa de Arcade, en la ensenada de San Simón, en la desembocadura de la Ría. / María Díaz
Han pasado tres meses, pero todavía no sabemos las consecuencias reales. Eso en el mar, porque en el monte es más difícil responder a esta pregunta sobretodo si levantamos la vista y vemos , muy cerca de donde nos encontramos otra ladera quemada. Esta es consecuencia de los incendios de 2006. Y la tierra nos dice Antón, ahí todavía está muerta.