La Ventana de las RíasLa Ventana de las Rías
Ocio y cultura
Qué duda cabe

La imperturbabilidad de la Navidad

Qué duda cabe (19/12/2016)

Qué duda cabe (19/12/2016)

03:18

Compartir

El código iframe se ha copiado en el portapapeles

A Coruña

Entramos en la semana más feliz del año, ¿verdad? El jueves llega el sorteo del Gordo, el sábado nochebuena y el domingo navidad. ¡Qué maravilla!

Estoy deseando vivir esas emociones un año más, porque cada año es diferente y pueden pasar cosas increíbles y...bah, para qué nos vamos a engañar, si siempre pasan las mismas cosas. Si por algo se caracteriza la Navidad es por su imperturbabilidad. Año tras año, la historia se repite:

Todo comienza el día 22 por la mañana con un señor vestido con un poncho hecho a base de monedas de veinticinco pesetas entrevistado por una reportera de La Primera, que le desea suerte con el gordo. Al mediodía, tras cantar el número ganador del gordo, vemos a otro señor gordo y calvo, que abre una botella de champán ante las cámaras mientras un administrador de lotería le da un abrazo. Esto suele pasar siempre en un pueblo catalán donde ya cayó anteriormente un segundo o un tercer premio.

Se acaba el día 22 y yo sigo pobre. Pero lo peor llega el 24, que es cuando te reencuentras con toda la familia que no ves desde verano o semana santa o incluso las navidades anteriores. Ahí están, puestos en filica: el cuñao que habla de la cilindrada de su nuevo coche, la suegra que critica que no te afeites ni en fiestas, el tío que cuenta siempre los mismos chistes cuando se chispa, el nuevo novio de tu prima que tiene papeletas de convertirse en un cuñao más, los niños pequeños corriendo y metiéndose debajo de la mesa, las madres estresadas porque la carne se va a enfriar, los padres fumando a escondidas que una vez al año no hace daño, los vecinos que vienen a tomar el café cuando aún estás empezando la cena, los villancicos (ese invento del demonio) cantados a coro, el licor café (bueno, esto es algo bueno) y finalmente, ese botón del pantalón que aflojamos cuando llega el momento del postre y que nos recuerda que esto no ha hecho más que empezar.

Al final de la noche la mesa del comedor parece una escena de CSI, toda llena de manchas, restos de material biológico y un par de cuerpos tirados en un sofá. Vale que es tu padre y tu abuelo echando la siesta después de la comilona, pero yo creo que los marcas con tiza como si fueran cadáveres y ni se inmutan.

Los niños pequeños ya desfallecieron y están dormitando en sus camas. Los jóvenes intentan disimular la borrachera delante de sus padres. Los adultos, quitando los que duermen, intentan recoger la mesa y discuten sobre si es mejor recoger ahora o dejarlo para mañana.

Y ahí estás tú, observando el panorama y pensando que familia no hay más que una, y menos mal.

Al día siguiente toca comida de Navidad, que este año cae en domingo y quizás al día siguiente tengas ir a trabajar y quizás, solo quizás, no te parezca algo tan malo por una vez. Qué duda cabe.

 
  • Cadena SER

  •  
Programación
Cadena SER

Hoy por Hoy

Àngels Barceló

Comparte

Compartir desde el minuto: 00:00