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ESPAÑA

Iago Aspas y la rebelión de los pobres

Gran debut del de Moaña que aprovechó el partido para reivindicarse

Aspas celebra el gol besando el escudo / Shaun Botterill (Getty Images)

Aspas celebra el gol besando el escudo

Vigo

No hay mejor escenario que Wembley. Probablemente hay pocos rivales más apetecibles que Inglaterra. Ayer volvió a aparecer la versión Ajax de Aspas: ese jugador que sale con 3-0 en el Amsterdam Arena y no tiró la toalla; asistió a Guidetti, marcó un golazo y le puso a Bongonda un pase imposible para hacer el 3-3. Todo eso en pocos minutos. En Wembley, España estaba haciendo un Mannequin Challenge en toda regla, perdía 2-0, no había asomado a la portería inglesa y los delanteros apenas tocaban balón. Salió Iago Aspas después del descanso y ya se le veía cara de última oportunidad. Es lo que tiene estar en un club modesto que las opciones de estar en la selección son complejas y las de jugar implica dejar en el banquillo a jugadores de los clubes business. De ahí que se lo plantease como "su" final. Salió a morder, con el mismo carácter de siempre, presionando, pidiéndola, incluso protestando y no achicándose ante los defensas ingleses. Iago tuvo a tiro de Silva la primera ocasión; después peinó un centro de Ander Herrera que estuvo a punto de crearle muchos problemas a Heaton.

Y llega la contra perfecta. Partiendo desde la "berízzica" posición de banda derecha, recibe el pase de Morata y crea una jugada de fantasía ante Stones. El central por el que Pepe Guardiola pagó 60 millones de euros fue aguantando la posición e intentando no caer en el cambio de ritmo de Aspas. Iago aguantó, esperó, amagó varias veces y la puso en el tragaluz. Sí, en el ángulo de la portería de Inglaterra en Wembley. Se besó el escudo y recibió la visita rápida de su íntimo Nolito para abrazarle. Esa fue la foto de la noche. Los dos jugadores españoles más decisivos del Celta del pasado año abrazándose en Wembley después de marcar. Pero a Iago eso no le llegaba. Cuando el partido moría en el 89, Aspas hacía gestos a sus compañeros de que se podía remontar. Era su oportunidad, su final y no quería desaprovecharla. Y España empató.

Aspas representó a todos los clubes de la clase turista, a todos esos canteranos de clubes modestos que tienen complicado ir a la Selección. No hay que olvidarse que estando dos veces en el once ideal de la jornada, siendo el día del Barça el MVP de la jornada, pichichi nacional y MVP de octubre, Aspas fue en segunda convocatoria a La Roja. A veces una inoportuna lesión se convierte en una oportunidad. Aspas tiene un perfil diferente no, lo siguiente a Aduriz, Morata o Diego Costa delanteros para los espacios y para la definición. El test lo aprobó con nota y también fue el MVP español en Wembley. Veremos en la próxima convocatoria si esto le vale para ir convocado. Está claro que ser del Celta es complicado para poder asomar la cabeza en la Selección porque hay otros clubes potentes que tienen más capacidad de seducción. Pero Aspas nunca tira la toalla. Ni con 2-0 en contra, ni con 3-0; ni contra Inglaterra, ni contra el Ajax. Él sabe lo que le costó llegar hasta ahí.

Hay otra imagen muy interesante del gol de Aspas. Cuando se abraza con Nolito, se ve de fondo a Jordan Henderson, actual capitán del Liverpool y compañero de Iago en los Reds. Igual pensó que el de Moaña era mejor jugador de lo que Brendan Rodgers le dejó demostrar en el campo. No era Sherwood pero si Wembley. El Robin Hood de Moaña le robó el protagonismo a los ricos para dárselo a los pobres.

 
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