Fantasmas del pasado y del futuro
El comentario de Ana Mellado
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Palencia
Por fin el Ayuntamiento de Palencia retirará la Medalla de Oro de la ciudad a Francisco Franco. Ha tenido que pasar mucho tiempo para que la institución reconozca que aquel señor bajito y acomplejado de voz aflautada, el dictador, golpista, asesino y represor, que escribió las páginas más negras de la historia de España, no es digno de tal distinción. Eso o también se podría decir que ha tenido que pasar mucho tiempo para que una ley empuje y obligue a tomar determinadas decisiones.
No sé si, con esa ley en la mano, no sé si a regañadientes, si por la presión social, o por el qué dirán, o quién sabe, quizá simplemente por pura convicción, pero el caso es que Palencia se une así a otras ciudades que ya han dado este paso y esto me reconforta.
Me reconforta saber que los fantasmas del pasado son sólo eso, fantasmas, que poco a poco se les va despojando de todo aquello que se les brindó en su día por supuestos méritos que sólo ocultaban atrocidades. Y así espero que ocurra con las calles y plazas de nuestra provincia que llevan nombres vinculados al franquismo.
A pesar de ello, mi satisfacción se ve empañada por las reflexiones de algunos que creen que ya no es tiempo de ocuparse de esto, que no hay que remover el pasado, que hay cosas más importantes que hacer en la ciudad…
No, nunca es tarde para hacer justicia, sí, debemos aprender de los errores del pasado, no olvidarlos nunca para no volver a repetirlos y sí, claro que hay asuntos importantes que atender pero, no sé ustedes, yo afortunadamente, tengo capacidad para indignarme, preocuparme y ocuparme de varias cuestiones al mismo tiempo. Estoy segura de que para el Ayuntamiento de Palencia no supondrá ningún problema llevar a cabo este trámite mientras trabaja por ejemplo en los próximos presupuestos de la ciudad.
Así que en un momento en el que el mundo nos muestra su lado más oscuro y radical, xenófobo, racista, machista, con ciudadanos que eligen con su voto el Brexit o poner un loco en la Casa Blanca, el tardío gesto de retirar los honores a Franco, nos dignifica. Ojalá en el futuro, las decisiones de británicos, americanos y las que podrían estar al llegar en otros países, no tengan que verse sometidas a revisiones tan vergonzantes como las que nos toca vivir a nosotros.
