Ni los amistosos dan tregua al Sporting

Avilés

Este Sporting es reconocible hasta en los amistosos. Las mismas lagunas, los mismos errores, los mismos defectos. Con los titulares o con los suplentes; en Liga o en un ensayo. El suplicio de las jugadas a balón parado. Los desajustes defensivos que cuestan goles. La falta de puntería. Todo eso se repitió en el amistoso contra el Deportivo Alavés, que se saldó con derrota de los rojiblancos por 0-2. El Suárez Puerta de Avilés fue el escenario de un partido bastante flojo en líneas generales, pero en el que el equipo vasco fue mejor.

Fue un entrenamiento, en el que Abelardo probó nombres y fórmulas diferentes a los de la Liga. Las imprecisiones son lógicas, pero la reiteración de los mismos fallos deja claro que subsanarlos sigue siendo una asignatura pendiente.

Amagó el Sporting con un buen inicio, estrellando un balón en el palo en el primer minuto de partido. Tras una buena acción combinativa, Douglas asistió a Burgui, que encaró a su defensor y sacó un disparo repelido por la madera.

Y poco más. El Alavés, un equipo más hecho y mejor situado sobre el terreno de juego, se adelantó pronto en el marcador. Fue en uno de los muchos balones colgados al área que remató. Una falta botada desde la izquierda que Deyverson, incomprensiblemente solo, remató a placer. Amorebieta, que no está aportando ni de lejos lo que se esperaba de él, volvió a fallar.

El Sporting elaboró poco fútbol. Sí protagonizó una buena jugada en la que tuvo hasta tres opciones de empatar la contienda: Carlos Castro recibió un buen pase entre líneas, pero su disparo lo repelió el portero del Alavés. Los rechazos llegaron primero a las botas de Víctor Rodríguez y luego a las de Burgui, que no acertaron con la portería.

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En la segunda mitad el ímpetu de Borja Viguera le dio un aire diferente al Sporting, así como la aportación de algunos chicos del filial, como Cristian o Nacho Méndez. Pero otro grave error defensivo de los rojiblancos permitió al Alavés hacer el 0-2. Amorebieta y Lillo no se entendieron y dejaron que Espinoza se colara entre ellos. El alicantino trató de apretarle, pero el delantero del Alavés resistió, se plantó ante el portero y logró el tanto definitivo.

Era un ensayo, pero la imagen tampoco fue buena. Al acabar el partido, Xavi Torres (que reapareció tras su lesión) admitía que se habían cometido errores habituales y confiaba en que el equipo ya hubiera “tocado fondo” en esos recurrentes fallos. Algunos de los síntomas de la crisis están diagnosticados, pero el equipo médico sigue sin encontrar la medicación adecuada.