Dos caras de una misma moneda
El Numancia sigue cayendo en el mismo defecto: se adelanta en el marcador por méritos propios, pero luego da vida al rival y acaba dejando escapar los puntos
Soria
Uno no sabe ya qué pensar. El Numancia funciona a ratos. Durante cada partido (a excepción hecha, obviamente, del celebrado en Girona), el equipo rojillo ofrece hechuras de equipo que sabe, puede y logra jugar al fútbol, dominar el balón, moverlo con criterio, generar ocasiones de gol (y materializar algunas), apretando al rival, incluso acogotándolo por momentos… Sin embargo, en ese mismo partido muestra también todo lo contrario: imprecisiones, dudas, nervios, desorganización, errores de bulto, se queda a merced del rival, al que inexplicablemente da vida cuando parece noqueado…
Son seis veces ya en las que el Numancia se ha puesto por delante en el marcador y no ha sabido ganar el choque (Reus, Oviedo, Córdoba, Rayo Vallecano, Sevilla Atlético y Elche), mostrando esa doble cara: bien o muy bien al principio y sufriendo y pasándolo mal al final. ¿Por qué? Venimos dándole vueltas desde hace semanas y, en teoría, es un problema anímico, de confianza, de tensión, o tal vez falta de oficio y contundencia, o quizás por agotamiento físico en la recta final de cada encuentro… o que el equipo no da para más. Algo que sorprende, porque por momentos sí parece que da de sí, aunque luego quite la razón… Difícil de explicar.
Y la solución, para parte de la afición (así lo expresó el domingo), está en la destitución del entrenador, Jagoba Arrasate, que, por supuesto (y él mismo lo asumirá), tiene su parte alícuota de culpa de lo que le está pasando a este Numancia que se ha instalado en puestos de descenso. Pero si once jugadores son capaces de jugar, marcar, dominar y ser mejor en 45 minutos, ¿por qué esos mismos once jugadores no mantienen esa capacidad en los siguientes 45 hasta el 90? El duelo del Elche de este domingo es el ejemplo más evidente de esta situación. Siempre se ha dicho que es más fácil echar a uno (el entrenador) que a 25 (los jugadores), pero sinceramente creo que cortar la cabeza ‘al uno’ no va a ser la solución. Pero en esto del fútbol nunca se sabe…