Populismo

Firma de Opinión Gabriel Pérez Alcalá. Rector Universidad Loyola Andalucía. Córdoba Hoy por Hoy
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Córdoba
De un tiempo a esta parte ando preocupado.
Políticamente preocupado. Y mi preocupación no es porque se haya perdido la posibilidad de mayorías absolutas, pues nunca me gustaron, ni porque haya una pluralidad de voces cada vez mayor. Ni siquiera me preocupa que haya quienes quieren cambiar la Constitución, o que haya gente que quiera separarse de España. Todo esto entra dentro, en mi opinión, de lo que es normal. Dentro de lo que nos hace seres humanos diferentes, individuos cívicos, ciudadanos irrepetibles. Lo que sí me preocupa es que estemos perdiendo esa cultura, ese conjunto de usos y costumbres que, más allá de las leyes, nos permite vivir en una democracia.
Me preocupa que estemos perdiendo la escasa cultura democrática que hemos acumulado en una generación. Hay tres elementos que se están perdiendo: el valor de la verdad, el respeto a la libertad del otro, y el respeto a las instituciones. Se va perdiendo el valor de la verdad a fuerza de sloganes, de twits, de repetir machaconamente una media verdad. En los debates, ya no importa si algo es cierto, comprobable empíricamente, sino si es “trending-topic”. Más aún, sólo importa algo si podemos etiquetarlo. Posiblemente nunca hemos accedido a tanta información, pero posiblemente nunca hemos accedido a tanta mentira. Vamos perdiendo el respeto al otro. Basta mirar un debate en televisión, en el Parlamento o en la calle, para darnos cuenta de lo poco que se aprecian los discrepantes. Parece que todo el mundo está enfadado y ofendido. Y se ofende gratuitamente.
Finalmente, se va perdiendo el respeto a las instituciones. Algunos anuncian para la posible investidura de Rajoy movilizaciones en torno al Congreso, a las que se sumarán diputados electos. Otros profanan la Universidad impidiendo el ejercicio de la libertad de expresión. Me preocupa, porque cuando se instala la mentira, se pierde el respeto al otro, se atacan las instituciones, el totalitarismo está a la vuelta de la esquina.