Vargas Llosa y Gabilondo, sobre el boicot: "Contradice la esencia de la universidad"
El escritor y el periodista critican las prisas de la cultura del espectáculo desde Burgos
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El rector de la UBU, Manuel Pérez Mateos, tras el acto de investidura de los Doctores Honoris Causa en Comunicación al periodista Iñaki Gabilondo y al escritor Mario Vargas Llosa. / Santi Otero (EFE)
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Burgos
Es algo lamentable que contradice la esencia de la universidad y la democracia. Ha sido el grito unánime de Mario Vargas Llosa y el periodista Iñaki Gabilondo tras los hechos de ayer en la Universidad Autónoma de Madrid, que obligaron a suspender las intervenciones de Felipe González y Juan Luis Cebrián.
El escritor Mario Vargas Llosa considera que "impedir un acto en la universidad es contradecir la democracia". A su juicio, es una contradicción impedir el diálogo y la exposición de ideas en nombre de la universidad, "que es el foro natural que representa el hallazgo de la civilización donde pueden convivir ideas y puntos de vista distintos". Vargas Llosa ha calificado los hechos de ayer en la Universidad Autónoma de "lamentables".
También Gabilondo ha considerado una "contradicción" impedir el uso de la palabra en la universidad y ha recordado que, además, se produjo en el aula Tomás y Valiente, donde se recuerda al magistrado que fue víctima de ETA. "Se oyeron algunas cosas que hacían sangrar el corazón y la memoria", ha afirmado Gabilondo.
Las prisas de la cultura del espectáculo
El escritor Mario Vargas Llosa y el periodista Iñaki Gabilondo han criticado este jueves la cultura del espectáculo que impera en la sociedad actual. Ambos han sido investidos doctores Honoris Causa por la Universidad de Burgos y han lamentado que la prisa por lo inmediato impregne todo, también la cultura y la política, abocadas a una visión a corto plazo.
Según Vargas Llosa, este "rasgo de nuestro tiempo" tiene algo de "democratización", aunque la cultura "implica selección y una élite", por la gran complejidad que entraña. Cree que tratar a la cultura como "algo frívolo" es contraproducente y lleva a que los políticos se fotografíen antes con artistas del cine o futbolistas que con escritores.
Pone como ejemplo la concesión del Nobel de Literatura a Bob Dylan. "Un error de la Academia Sueca, porque el Nobel no se creó para eso", según Vargas Llosa. Teme que se trate de un intento de primar el espectáculo. En su opinión, el Nobel de literatura debe premiar una gran obra literaria que ha marcado un tiempo o la obra de un autor poco reconocido hasta ese momento y que lo merece, "no el espectáculo de un gran cantante". Se ha preguntado si el próximo año van a conceder el Nobel de literatura a un futbolista.
Por su parte, Gabilondo ha considerado que los espectáculos "no son malos para la sociedad, pero si la trivialización y la reducción a una respuesta inmediata". Cree que esa mentalidad "cortoplacista" hace que se busquen reacciones y efectos inmediatos, lo que limita mucho las actuaciones con miras más a futuro.
Ambos se han referido también a las redes sociales dentro de esa "cultura de lo inmediato". Coinciden en que las redes sociales tendrán un papel en el futuro, aunque aún está por definir "porque estamos en el minuto cinco del partido", ha dicho Gabilondo. Advierte de que las nuevas tecnologías no son un fin sino una herramienta "que no constituyen por si mismas un elemento homologador de efectos milagrosos, ni limpian fijan y dan esplendor a cualquier contenido".
Vargas Llosa cree que estamos viviendo el comienzo de algo "revolucionario y complejo", en lo que seguramente hay más elementos positivos que negativos. Para el escritor, lo positivo es que hacen las comunicaciones asequibles a todo el mundo e impiden la censura. Sin embargo, también ha advertido de que la profusión de información también significa una "extraordinaria confusión", con información sin jerarquizar y que hace más difícil estar "bien informado".
En su opinión, las nuevas tecnologías de la información y la comunicación abren "un espacio muy grande para que la mentira reemplace a la verdad y se instale. Aunque ha reconocido que no hace uso de las redes sociales, Vargas Llosa ha asegurado haber sido víctima de ellas con la difusión de dos escritos a los que alguien puso su firma y que, pese a no compartir su contenido, teme que puedan acabar considerándose parte de su bibliografía. En todo caso, el escritor ha insistido en que "estamos empezando a vivir una revolución que es difícil saber dónde nos llevará" y ha destacado los cambios vertiginosos que se están produciendo, con diferencias generacionales mucho más grandes que las que se habían producido hasta ahora.
De hecho, Gabilondo se ha referido al momento actual como "un terremoto" en el que hay "estertores" que no se saben si son del mundo que nace o de otro que muere, porque "se destruye lo estabilizado y todavía no hay nada estable que lo sustituya". Cree que "las precipitaciones" de los más jóvenes no van solas en este caso, porque "a menudo las acompaña la inseguridad del periodismo adulto, que tiende a disfrazarse, avergonzado de las arrugas de este viejo y honorable oficio, para refugiarse en la última ola, el último grito".