Una pandilla como otra cualquier
A Coruña
Hoy ha venido su majestad el rey Felipe VI a Coruña a inaugurar el XIX Congreso nacional de la Empresa Familiar. Un congreso de empresas familiares como Inditex o Estrella Galicia...no se si saben, el típico negocio que montas con tu familia y que se te va de las manos.
Bueno, que tenemos a un montón de empresarios y familiares y a su majestad el rey, que entre reuniones con los líderes políticos para ver si designa a un candidato o no para la investidura, ha sacado tiempo para acercarse hasta nuestra ciudad.
El pobre tiene que estar viviendo el día de la marmota, con tantas idas y venidas a Zarzuela por parte de los partidos. Yo creo que de tanto verse se van a acabar haciendo amigos.
¿Se imaginan al rey de cañas con Pablo Iglesias, Albert Rivera, Rajoy, Garzón y el señor este nuevo del PSOE, o la señora, o quien esté ahora mismo?
A ver, en el fondo son personas. Van al baño, comen, duermen y eructan como los demás. Si se paran a fijarse en los líderes políticos y el rey, podrían ser cualquier pandilla de amigos de las de toda la vida. Imagínense cómo serían si se hubieran conocido en la juventud:
Pedro Sánchez, que ya no está, pero estaba, sería el guaperas de la pandilla. El que se las liga a todas con la sonrisa, o eso dice. El típico que trabajaría de camarero en un pub o de promotor en un Centro Comercial.
Pablo Iglesias sería el alternativo, el que escucha música que nadie conoce, trabajaría en una tienda de discos, o en la biblioteca municipal. Estaría enamorado en secreto de uno de los ligues de Pedro Sánchez, pero la chica en cuestión sólo tiene ojos para el guaperas.
Rajoy sería el colega mayor, el típico que en las pachangas de fútbol se cansa rápido y dice que queda de portero. Cuando salen todos de cañas siempre se va pronto para casa y cuando van a los karts siempre llega de último a la meta. Todos lo llaman el tortuga, pero él dice que es prudente. Lo hay en todas las pandillas.
Garzón sería el chapón de la clase. Buenas notas, inteligente, pero ligaría menos que Pablo Iglesias. El típico amigo riquiño. Todas las tías dirían: es el chico perfecto, pero para una amiga, no para mi.
Y luego Albert Rivera, el catalán que viene de veraneo al pueblo y se junta con los otros. El típico pijín que se cree que rompe la pana, pero en cuanto se pasa la novedad, la gente pasa un poco de él. El típico sabelotodo que siempre quiere tener la última palabra, pero que al final siempre acaba haciendo lo que dice el colega mayor.
Ah bueno, y quedaría el Rey. Felipe sería el amigo rico. El que invita a todos a la barbacoa en la finca de sus padres, a pasar la tarde en el yate de sus padres, a dormir en el palacio de la zarzuela de sus padres. No se sabe si los demás están con él por amistad o por conveniencia.
Como ven, una pandilla de amigos como cualquier otra. Lo malo es que esta pandilla más bien es panda, y llevan más de 300 días sin aclararse. Si fueran amigos, lo decidirían por métodos habituales: el tute, el mus, o piedra, papel, tijeras. Al mejor de tres, eso sí. Qué duda cabe.