‘Mal empezamos la semana’

Algeciras

Vaya tela como empieza la semana. A mí, particularmente los lunes no me gustan por lo lejos que veo el domingo que viene. ¡Qué oscura, qué negra ha comenzado!. Sé que es día de comentar los resultados de los partidos de fútbol y de lo bien que ha jugado el equipo de nuestros colores y lo mal que lo hicieron el eterno rival y el adversario de turno.

Pero no está la cosa para futbolerias. Sabrán que en Olivares (Sevilla) un malnacido de ignorada ascendencia paterna y de 41 años de edad –ayer- asesinó a su mujer, 15 años más joven que él; matándola en presencia de sus hijos de 2 y cinco años de edad.

Hace unas semanas una supuesta escritora cuyo nombre omito porque no quiero darle publicidad, se refería a otro terrorismo. Digo supuesta porque no sé si escribe o escupe sintagmas y es capaz de vivir de ello. Esa individua, que diría, la chica de Alcalá de los Gazules en Nueva York (y no me refiero a Gloria Masallá que anda unos días por allí, y además es de The Line off The Conchi) refiriéndose a otro terrorismo, el que ha sufrido España durante 50 años, el etarrata, señalaba a los asesinos como victimarios y a los asesinados como víctimas. Es una forma muy laig, muy edulcorada de referirse a los asesinos.

El decálogo de lenguaje no sexista de la Junta de Andalucía habla de no economizar en el lenguaje y visibilizar la presencia de la mujer a la hora de referirse a ellas. Yo hago mío ese “mandamiento”, pero referido a otras personas también marginadas en la sociedad y a las formas de matar. El sujeto de Olivares de nombre José María, pronto tendrá número de identificación penitenciaria, no es un victimario, es un hache de pe, un a-se-si-no con todas las letras.

Como hache de pe son los abyectos, protervos y disolutos sujetos que apoyan a los agresores de dos miembros del Benemérito Instituto armado de la guardia civil este fin de semana en Alsásua (Navarra). Lógicamente, los amigos de los del tiro en la nuca (Otegi y sus secuaces) han pedido ya la libertad de estos individuos.

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La guinda de inicio aciago de la semana la pone un tipo de Sanlucar de Barrameda, que ha aceptado –tomen nota- 15 años de ingreso en centro psiquiátrico por haberle dado 13 puñaladas a su madre de 91 años en 2014. Poco más de 1 puñalada por año de prisión. ¡Y encima acepta irse!. Suena como si él pudiera disponer ingresar en un sitio (cárcel) u otro (psiquiátrico), cuando esa era la petición del fiscal.

Lo dicho: ¡qué poco me gustan los lunes!