El Gallinero, poblado de los pies sucios
Javier Baeza, párroco que trabaja en el campamento, relata como los niños han tenido que ponerse bolsas de plástico en los pies para no mancharse y poder llegar a la ruta escolar
FOTOGALERÍA | El lodazal de Madrid / Javier Baeza
Madrid
Las primeras lluvias del otoño no han sido bien recibidas en El Gallinero. El poblado chabolista lleva esperando desde hace un año a que el Ayuntamiento cumpla su promesa y acondicione el campamento. Con las primeras aguas, el campamento se ha llenado de barro y se ha vuelto impracticable.
El Gallinero no es una extensión plana. Los fuertes desniveles dentro del poblado se han vuelto un lodazal y se han vuelto peligrosos, incluso para una persona adulta. La falta de canalización ha provocado que los charcos, algunos muy profundos, llenasen el campamento.
Javier Baeza, cura de la Parroquia San Carlos Borromeo trabaja día a día con las 60 familias del poblado y conoce su situación. En Hoy por Hoy Madrid ha relatado como los niños han tenido que caminar con bolsas de plástico en los pies para poder llegar limpios a la ruta escolar.
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Javier Baeza nos cuenta el lodazal de El Gallinero
Además, las lluvias junto con el tendido eléctrico colocado de manera insegura por los propios ocupantes del campamento provocan un serio peligro de electrocución para la población.
Las obras fueron adjudicadas en marzo y tenían una duración prevista de cuatro meses. A día de hoy, los vecinos solo han visto como se instalaba una fuente.
