'La incógnita del Brexit'
Edith Smith
Algeciras
Iniciamos una nueva temporada de comentarios y no podíamos haber tenido un más movido ambiente de bienvenida. Y no lo digo por la falta, aún, de Gobierno, que también. Recordarán que nos fuimos de vacaciones con un Gobierno en funciones y volvemos y todavía lo tenemos en esa misma situación.
No, no, lo digo por el Brexit y lo que la salida del Reino Unido de la Unión Europea va a suponer para la comarca. En realidad, ni siquiera se sabe aún como va a ir todo este embrollo para la misma Gran Bretaña e Irlanda del Norte, así que menos aún hay certeza de cómo le va a ir la jugada a Gibraltar y, por extensión, a nosotros que vivimos en sus alrededores.
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Firma Luís Romero, 'La incógnita del Brexit'
El Gobierno yanito presume de ser la segunda fábrica de Andalucía en número de puestos de trabajo generados. Y, además, saca pecho también con eso de ser la cuarta economía del mundo, sí, del mundo, en renta per cápita. Las dos cifras son ciertas. Pero ni aun con esas cartas credenciales tiene claro cuál va a ser su futuro, ni el nuestro.
Para redondear la incertidumbre, que todo lo abarca, nuestro Gobierno en funciones ha creído adivinar la ocasión de poner una pica en flandes o, en palabras de nuestro titular de Exteriores, la oportunidad de diseñar cómo colocar la bandera, la española claro, en la cima del Peñón. Esto, como no podía ser de otra manera, ha soliviantado a las autoridades gibraltareñas que se han enrocado más aún. Si lo que se quería era enfurecerlos, desde luego lo ha conseguido.
Pero en todo este batiburrillo ha habido una actuación que se ha destacado poco porque no ha tenido nada de crispadora ni de tono ofensivo, sino todo lo contrario. Me refiero a la intervención del embajador representante permanente de España ante las Naciones Unidas, que ha sido el encargado de exponer ante la IV Comisión, la que se encarga de debatir sobre los territorios aún pendientes de descolonización, la propuesta española de cosoberanía.
El texto, que les recomiendo leer pausadamente, son solamente tres folios, es una pieza que muy bien puede estar llamada a estudiarse en el futuro y a quedar reseñada en los libros de historia. No solamente por su contenido, en sí relevante, sino por el acertado tono tan alejado de los que casi siempre se utilizan a la hora de debatir o de discutir sobre Gibraltar. Pueden acceder a él en la página web del Ministerio español de Asuntos Exteriores o en la propia de la Representación española ante las Naciones Unidas. Dentro de dos días escasos voy a tener la oportunidad de conversar con el embajador Román Oyarzun y espero contarles, a mi regreso, mis impresiones. Hasta la vuelta.
