Nuestro Sánchez fue Cristòfol Soler
El PP balear, encabezado por Gabriel Cañellas, cargó contra el entonces president Soler con la misma saña empleada por los barones socialistas contra Sánchez, bajo la batuta de Felipe González. Asistimos a un 'remake
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Palma de Mallorca
El líder de un partido democrático se encuentra prácticamente cercado por los barones en la sede de su poder. Sus cargos intermedios exigen su dimisión, el fundador furibundo de la formación carga contra él, acompañado por la persona destinada a suceder al sitiado.
¿Cómo se llama la película?, ¿Pedro Sánchez? No, se titula Cristòfol Soler, transcurre en Palma y tiene precisamente veinte años de antigüedad.
El PP balear, encabezado por Gabriel Cañellas, cargó contra el entonces president Soler con la misma saña empleada por los barones socialistas contra Sánchez, bajo la batuta de Felipe González. Asistimos a un 'remake'.
La primera diferencia entre Soler y Sánchez es que el mallorquín se rindió de inmediato. Cuando se repasan los sucesos de la semana pasada en Ferraz, cabe preguntarse, ¿qué hubiera sucedido si el president Soler se niega a dimitir y a entregar el Consolat al ambicioso Jaume Matas?
Es muy posible que Soler hubiera permanecido en la presidencia del Govern de haber resistido. Habríamos salido ganando no solo en asuntos de corrupción.
Sin embargo, quienes hemos viajado estos días a veinte años atrás, recuperamos el regusto especialmente amargo que acompaña a un líder político aporreado por sus teóricos fieles.