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Un partido loco y mucho que mejorar para pensar en ascensos (3-3)

El Córdoba empató un partido que pudo haber sentenciado en la primera parte. Los errores a balón parado, verdadera preocupación de un equipo que no aprende

Celebración de uno de los goles en el Arcángel ante el Lugo / Cadena Ser

Celebración de uno de los goles en el Arcángel ante el Lugo

Córdoba

Seis goles. Dos penaltis. Remontadas. Vaya partido de locura el vivido en el Arcángel con un empate a tres que refleja lo mucho que deben seguir mejorando ambos equipos en defensa. Resultado justo para lo visto sobre el terreno de juego con una parte para cada equipo y emoción hasta el pitido final.

El partido comenzó muy igualado pero pronto el Córdoba tomó las riendas del mismo y empezó a generar ocasiones bastante peligrosas ante un Lugo que se escondió atrás y se limitó a lanzar contras, que en algunos casos, también llevaron peligro.

Pero fueron los jugadores de Oltra quienes golpearon primero. Rodri marcó uno de esos goles que las teles no se cansan de repetir. Marcelo despejó mal un balón que se fue a las nubes y en su viaje hasta el suelo, sin dejarla botar, Rodri enganchó una volea imposible para José Juan. Golazo.

Ahí llegaron los mejores minutos locales, con ocasiones claras de Alfaro para hacer dejado sentenciado el partido.

Sin embargo, el Lugo no se vino abajo y a los 41 minutos empataron el choque con un disparo desde fuera del área de Campillo que sorprendió a Pawel.

Tras el paso por vestuarios, de nuevo los de Oltra dieron un paso adelante y enseguida se adelantaron de nuevo, esta vez de penalti cometido por Marcelo. Rodri hizo el segundo de su equipo y de su cuenta.

Sin embargo el Lugo no se amilanó y de nuevo empató el partido con un gol de Joselu en su vuelta al Arcángel.

Pero no solo eso. Miquel, a la salida de un córner, a falta de un cuarto de hora hacía el tercero del Lugo, dándole la vuelta al marcador.

De ahí al final, dominio absoluto del cuadro gallego ante un Córdoba perdido en el campo y con una defensa de patio de colegio.

El empate solo podía llegar en una jugada aislada, en un último arreón. Y así fue. Leuko derribó a Piovaccari en el área y provocó un penalti tan absurdo como justo.

Juli hizo el empate, que a la postre resultó el marcador más justo.

Queda mucho que mejorar. Ambos equipos.

 
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