Gospel y blues, de la mano en el Apóstol
Las voces del coro New World Gospel Ensemble y el piano de Myghty Mo Rodgers firmaron una nueva velada musical en la praza da Quintana.
Santiago de Compostela
Puede que sea cierto eso de que cuanto más se le canta a la divinidad, más cerca la tenemos. Y es que por el mismísimo Jesús parecía que estaban tocadas las gargantas de los integrantes del New World Gospel Ensemble, concierto que inauguró una jornada marcada por voces negras ante un público tranquilo.
No era momento de baile, pero sí de cantar. El gospel empezó calentando un público inicialmente tímido pero que acabó por soltarse y cantar a voz en grito el mitiquísimo tema Happy Day. Y es que, aunque muchos echaban en falta ritmos más bailables, todos estaban felices.
Los propios cantantes quisieron hacer de nosotros un coro adyacente, dividiendo la masa que disfrutaba, desde la plaza, de formar parte de las repeticiones que el New World Gospel Ensemble enseñaba con paciencia, incluso con traducción de la letra para los más ajenos al inglés.
A eso de las once de la noche llegó el turno del blues de Myghty Mo Rodgers, que arrancó desde el principio con unos ritmos y una energía canalizada a través de su piano y su voz rasgada. Los 73 años del estadounidense no son escollo para un artista lleno de tablas que hizo una alegoría al contacto físico, a la verdadera amistad, instando a todos los presentes a tirar los móviles al suelo. Y es que, como cantaba en su canción, aquel que tenía 300 amigos en Facebook solo fue despedido por 3 en su funeral.
A pesar de ello, aún se veía algún móvil grabando o capturando sonrisas en un selfie. Puede que alguno anduviera a la caza de un Pokemon. Pero ganaban las personas abrazadas, bailando, riendo entre ellas y con las caras iluminadas por los focos del escenario, no por las pantallas de un dispositivo. Un triunfo, parece, de la verdadera esencia de unas fiestas.
Hoy toca jornada apoteósica para la música de aquí con un cartel de infarto: Caxade, Cró!, Terbutalina, Familia Caamagno y Malandrómeda en la Quintana; y Talabarte en el Toural. Ahí es nada.