María, violada por un sacerdote
El testimonio más sobrecogedor de la semana no es la confesión de las aberraciones, sino las palabras de la víctima. María, violada por un sacerdote. No podía encontrarse un nombre más evangélico.
'La línea roja' de Matías Vallés (06/07/16)
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Palma de Mallorca
Los sacerdotes se colocan ritualmente en el asiento del confesor. Un párroco mallorquín ha cambiado de sitio para confesar que violó decenas de veces a una niña de diez años.
Se discute la longitud de una condena de seis años de cárcel, pero se celebra el cambio de actitud hacia los violadores antaño inmunizados por la sotana.
Sin embargo, es ma´s importante el cambio de actitud hacia las víctimas.
El testimonio más sobrecogedor de la semana no es la confesión de las aberraciones, sino las palabras de la víctima. María, violada por un sacerdote. No podía encontrarse un nombre más evangélico.
A finales de los noventa ya se cumplía un cuarto de siglo de la muerte de Franco. Sin embargo, la sociedad en la que cabe incluir al aparato de justicia y a la Iglesia se situó de parte del sacerdote y, por tanto, contra su víctima.
Se pretendió pasar página de las violaciones en unos casos por complicidad, en otros por pereza y solo en los ma´s nobles por evitar la estigmatización a perpetuidad de María.
Sin embargo, la civilización de internet facilita que cada persona sea dueña de su destino. María ha encontrado la solidaridad y ha conseguido librarse del crimen que el Obispado de Mallorca tapó porque se creía más obligado con el violador que con la violada. La Iglesia desobedecía así las enseñanzas de otra María. O de la misma.
