La Fundación Jaume II el Just pagó 1,6 millones a empresas del 'caso Taula'

Valencia

No pasa el día sin que conozcamos nuevos casos del presunto uso y abuso del dinero público por parte del anterior gobierno del Partido Popular. Esta vez las presuntas corruptelas tienen como protagonista la Fundación Jaume II el Just.

Una Fundación cuya finalidad en un principio era recuperar, potenciar y divulgar el patrimonio histórico valenciano, en especial el Monasterio de Santa María de la Valldigna, todo desde el punto de vista espiritual, pero que se dedicó a pagar azafatas para un Te Deum en la Catedral, servicios de catering, cóctels, barbacoas en precampaña electoral o alquileres de coches de alta gama. Y eso de forma continuada durante varios años y con pagos mensuales.

En total, 1,6 millones de euros que fueron a parar a dos empresas ya investigadas en el caso Taula. Una es Thematica Events, en cuyo accionariado participaba José Adolfo Vedri, el dueño de Engloba. La otra es Universo Selección, que sería una tapadera para favorecer al sobrino de Rita Barberá, Enrique Sospedra Barberà.

Según las facturas a las que ha tenido acceso la Cadena SER, sólo entre los años 2004 y 2005, estas empresas pasaron facturas todos los meses que iban de los 600 a los 6.000 euros. En 2007, en plena precampaña electoral esta Fundación de la Generalitat pagó más de 8.000 euros por una barbacoa para 300 personas.

Al frente de esta Fundación, el expresidente Francisco Camps colocó a su amigo de facultad y expresidente de Nuevas Generaciones, Vicente Burgos, detenido el pasado mes de enero en el marco de la operación Taula, que investiga una red organizada para el amaño de contratos y el cobro de comisiones en la Generalitat, el Ayuntamiento y la Diputación de Valencia.

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Consulta aquí las facturas de la Fundación Jaume II el Just con la empresa Universo Selección y Thematica Events

Reacciones

La diputada socialista, Rosa Mustafá, apunta que, por los datos que se van conociendo, el expolio que los anteriores gobiernos populares hicieron de las arcas públicas fue todavía mayor y que no tuvieron reparos en utilizar la visita del Papa para llenar los bolsillos de las empresas amigas o convertir el Monasterio de la Valldigna en un centro de corrupción.