Esta semana leemos la obra de teatro 'Casa de muñecas' de Henrik Ibsen

Cuenca

En 1879 el dramaturgo sueco Henrik Ibsen escribió 'Casa de muñecas' una obra que, debido a su éxito de crítica y público, le animó a componer otras muchas piezas en el mismo tono realista y en las que cuestionaba las convenciones sociales y los valores modales de la burguesía de su tiempo.

Esta es la recomendación de lectura que nos presenta esta semana Olga Muñoz, la coordinadora de las bibliotecas municipales del Ayuntamiento de Cuenca.

El comentario de Olga Muñoz

Es un drama en tres actos. El argumento es el siguiente: Torvald Helmer y Nora están casados desde hace ocho años y tienen tres hijos. Es Navidad y están felices porque Torvald acaba de ser nombrado director del Banco, pero Nora guarda un secreto que empieza a complicar su apacible existencia. Hace años su marido enfermó y los médicos le recomendaron un viaje de descanso en el sur. Por ello, tras del nacimiento de su primer hijo, la familia se mudó a Italia.

Nora hace creer a su marido que el viaje lo pagó su padre, pero en realidad ella solicitó un préstamo a un abogado -Krogstad-. Para conseguirlo necesitaba la firma de su padre, pero como estaba enfermo y mayor, Nora falsifica su firma. Krogstad, que trabaja en el mismo banco del marido de Nora, acababa de caer en la cuenta de este engaño y comienza a chantajearla. Le pide que logre que su marido no lo despida o si no, contará el secreto.

Finalmente el marido se entera de todo, pero en vez de valorar el gesto de Nora, sus esfuerzos y su generosidad, se lo reprocha y la ataca, preocupado por su buen nombre y ofendido por la actitud de su mujer. Aun así decide “perdonarla”, pero es entonces cuando Nora, ante la sorpresa de Torvald, decide abandonarle. Hasta ese momento, Nora se comporta como una mujer feliz, que cede y consiente ante todo lo que dice su marido, que la trata como una muñeca decorativa y la llama con“cariñosos” nombres de animales.

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Este giro desconcierta a Helmer que no comprende esta actitud ya que nunca ha conocido ni comprendido a su mujer, ni ha pensado que pudiera tener un criterio propio. El personaje de Nora encierra una gran complejidad porque mantiene una actitud complaciente y es capaz de sacrificarse por los demás, de guardar un secreto durante años por ayudar a su marido, pero al mismo tiempo Nora es sobre todo un gran ejemplo de inconformismo y finalmente se arriesga, renuncia a la comodidad y el bienestar del que podría disfrutar por principios.

El texto ha pasado a la historia como un clamoroso alegato feminista pero no es solo eso. Nora decide asumir las riendas de su propia vida y su destino. La obra no solo es una reivindicación de la libertad de las mujeres sino de la libertad del individuo, una invitación a tomar decisiones, a salir de nuestro cómodo estado de pasividad, a reaccionar. Es un grito por la individualidad. Nora Helmer, es un icono del teatro porque no solo se enfrenta a una serie de hombres que no la valoran, sino a una concepción del mundo: a la corrupción de unos personajes que representan al poder, a una justicia absurda y desigual, y a una sociedad tremendamente marcada por las diferencias de clase.

Este personaje protagoniza uno de los finales más hermosos jamás escritos de la historia de la Literatura: un portazo con el que pone fin a una era, a una forma de entender la vida, basada en unas estructuras sociales tradicionales. La protagonista toma las riendas de su vida y se enfrenta a la incertidumbre con la cabeza bien alta.