La Guardia civil interviene 34 plantas invasoras, en Cáceres y Plasencia
Entre las plantas intervenidas se encuentra “camalote”, planta invasora muy dañina
Una de las plantas intervenidas por la Guardia Civil como especie invasora / Cedida
- · 11 plantas de PISTIA STRAIOTES conocida como “lechuga de agua”. Planta acuática perenne. Su hábitat puede hacerla una mala hierba en los canales. Evita el paso del oxigeno del aire al agua, esta falta de O2 en el agua puede matar a los peces.
Plasencia
Entre las plantas se encontraban:
- · 16 plantas de EICHORNIA CRASSIPES comúnmente conocido como “camalote “o “jacinto de agua”. Planta acuática flotante y perenne, que puede duplicar su población en 5 días. Modifica las características del hábitat y compite de forma agresiva sobre las plantas autóctonas.
- · 7 plantas de SALVINIA NATANS “salvinia”. Helecho flotante que crece rápidamente y forma densas matas sobre aguas quietas.
Lejos de quedarse en un sustancial daño ambiental, estas especies producen un grave impacto económico sobre los agricultores y sus cultivos, en forma de plagas, y daños sobre infraestructuras hidrológicas y urbanas, así como el riesgo sanitario, no solo transmitido a otras especies animales o vegetales, cada vez es mas común la transmisión de enfermedades a seres humanos (zoonosis), produciéndose así un elevado riesgo para la salud publica.
La Guardia Civil por parte de las distintas Unidades del SEPRONA de la Comandancia de Cáceres, ante la posibilidad de que existan otros establecimientos o instalaciones donde pudieran estar comercializándose ejemplares de dichas especies u otras incluidas en el catalogo de especies invasoras, continuarán girando visitas de inspección, toda vez que el mecanismo más efectivo para luchar contra el grave problema de las especies exóticas invasoras, es la prevención. La aplicación de buenas prácticas o buenos hábitos a la hora de abordar algunas de las actividades que favorecen esta dispersión, como puede ser el transporte y la introducción de estas especies de unos territorios a otros, reducirá las posibilidades de nuevas introducciones y dispersión de las mismas.
Además, la venta y la introducción en el medio natural de estas especies exóticas puede acarrear graves responsabilidades administrativas y/o penales, respectivamente; con multas que pueden alcanzar los 3.000 euros, si la conducta es calificada como leve; hasta 200.000, si se entiende como grave, y penas de prisión de hasta tres años, si los hechos se consideran que tienen alcance penal por perjudicar el equilibrio ecológico.
