Súbito final para una brillante temporada

Ávila

Dicen que lo mejor no es llegar al destino, sino el camino recorrido. No sería mala conclusión para esta  brillante temporada para Carrefour El Bulevar.

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Ni las lesiones, ni las bajas inesperadas, ni un presupuesto limitado han tumbado a este equipo que se ha levantado, y reinventado, una y otra vez.

Será difícil volver a repetir esta gesta: subcampeones de la Copa LEB Plata y finalistas de los playoffs de ascenso a la LEB Oro, pero esta página ya ha quedado escrita en la historia del deporte abulense.

El tercer partido de la final, disputado en el Carlos Sastre, concluía con el triunfo del equipo vitoriano del Sáenz Horeca Araberri, (69-83), que ponía el punto final a la serie y a la excepcional temporada de los de David Mangas.

A diferencia de los dos encuentros que se disputaron en Vitoria, aquí Carrefour El Bulevar, entró metidísimo en el encuentro, muy dinámico en ataque.  Mbamalu por los abulenses y Hart por los vitorianos, protagonizaban un espectacular duelo desde el perímetro. Eso sí, Araberri comenzaba a dejar entrever que, esta vez, también iba a hacer daño desde la pintura, con el estadounidense, Beau Levesque, anotando, pero también asistiendo a sus compañeros.  Al descanso se llegó con 42-46 para Araberri.

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Sin embargo, el tercer cuarto fue definitivo. A Carrefour El Bulevar se le fue agotando la batería. El esfuerzo había sido enorme, para un equipo que, además, no llegaba en las mejores condiciones. La concentración bajó en defensa y las ideas comenzaron a desaparecer en ataque.

David Mangas, decidió dar entrada a José Alberto Jiménez para tratar de revolucionar el encuentro, pero tampoco por ahí encontró la solución el equipo. El jamaicano De Lattibeaudiere campaba a sus anchas por la zona abulense y castigaba una y otra vez el aro rival. La diferencia era cada vez mayor y se volvió insalvable para Carrefour El Bulevar, que sabía que aquello tocaba a su fin.

En un último cuarto embarullado, apenas se vió juego, sí alguna trifulca entre varios jugadores, producto de la tensión y con el entrenador visitante, Sergio Jiménez, descalificado, tras perder los nervios, y con un comportamiento nada deseable en una cancha de baloncesto.

El partido llegó a la conclusión, pero faltaba lo mejor. Una imagen imborrable, con la afición abulense entregada a su equipo y jugadores y cuerpo técnico, formando una piña, y devolviendo el cariño a la 'marea verde', que al grito de 'Óbila, Óbila' y 'Campeones, campeones' les daba así las gracias por una inolvidable temporada.