"Hacer teatro es volver a la raiz de todo"

Madrid

Alba Flores es una de las nuevas promesas de la interpretación en nuestro país, una persona que se ha hecho un hueco a base de trabajo, de cabeza bien amueblada. El año pasado se cumplieron 10 años desde que se metiese en la piel de un personaje por primera vez y hoy hemos repasado cómo ha sido el paso del hada de “Cuento de una noche de verano” a ser protagonistas en series de televisión como Vis a Vis o, en el teatro, a meterse en la piel de Rosa dentro de la obra “La rosa tatuada”, una obra que originalmente se estrenó en Broadway en el año 1951.

Cuando Tennessee Williams la escribió estaba locamente enamorado de un italiano. Toda esa explosión, ese contaste, este amor loco, intenso, prohibido lo plasmó en este melodrama con toques de comedia que se ha convertido en un clásico y que se está representando en el Teatro María Guerrero.

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Alba ha tocado, como suele decirse, todos los palillos, pero ahora ha vuelto al teatro “el teatro es volver a la raíz, es volver donde empieza todo”. En concreto el María Guerrero tiene una historia y mucho peso sobre él y para Alba significa mucho más que un teatro “siempre ha sido uno de mis favoritos. Si me preguntaban dónde me gustaría actuar siempre estaba en las opciones”. Del teatro nos ha comentado también que hay un altar y, confiesa, parte del equipo rinde culto a María Guerrero, la mujer que le da nombre y que vivió encima del teatro “Se dice que el espíritu de María sigue viviendo en los pasillos del teatro”, ha comentado.

Hasta el 19 de junio de martes a domingo “La rosa tatuada” en el Teatro María Guerrero con Jordi Collet, Roberto Enríquez, David Fernández, Alba Flores, Gabriela Flores, Ignacio Jiménez, Aitana Sánchez-Gijón, Paloma Tabasco y Ana Vélez.