‘Mural’ de Pollock llega al Museo Picasso
La obra maestra del artista norteamericano se puede visitar hasta el once de septiembre
Málaga
De más de dos metros de alto por seis de largo (242,9 x 603,9 cm) Mural fue la respuesta de Jackson Pollock a un encargo de la galerista y coleccionista Peggy Guggenheim, quien deseaba una obra para su residencia que, a la vez, subrayara su apoyo a los jóvenes artistas americanos que había comenzado a mostrar en su galería. El encargo se formalizó en julio de 1943 y el resultado es una obra clave en el desarrollo del arte moderno norteamericano por una combinación única entre la energía de su pincelada, la libertad de los trazos, el tamaño del lienzo y una singular abstracción en la que deja espacio para una sugerencia abierta de formas. A propósito del tema, Pollock indicaría años más tarde: “Es una estampida... […] Cada animal en el oeste americano, vacas y caballos y antílopes y búfalos, todos a la carga a través de la maldita superficie”.
La visión de Pollock puede deberse al recuerdo de su infancia en el Oeste Americano y aunque las formas pueden adivinarse, el primer impacto es el de abstracción y libertad frente a las restricciones impuestas por las figuras. La tremenda energía que Pollock proyectó en Mural y la gran escala empleada abrieron horizontes desconocidos hasta entonces en su obra y en la de otros artistas norteamericanos que empezaban a experimentar con nuevas formas de pintura, cada vez más abstractas, cada vez menos objetivas, que ya no estaban tan centradas en escenarios o lugares de EE.UU.
En Mural, Jackson Pollock resume muchas de las influencias artísticas que había recibido desde sus inicios, como su admiración por los muralistas mexicanos y, en parte, por el artista vivo más célebre de aquel momento: Pablo Picasso. Había visto en Nueva York el Guernica, que le causó una honda impresión que afloró en trabajos como este gran lienzo, que Peggy Guggenheim donó al University of Iowa Museum of Art.
Pollock y Picasso
El Guernica y sus estudios subyugaron a Pollock. En dibujos y al menos en dos pequeñas pinturas abordó motivos específicos de esa obra de Picasso. Lee Krasner, artista y mujer de Pollock, en una entrevista de 1969, afirmó: “no cabe ninguna duda de que admiraba a Picasso y al mismo tiempo competía con él, quería superarle”. Narra que un día, cuando Pollock y ella aún vivían en Nueva York, oyó caer algo en el estudio y a continuación Pollock gritó: “¡Maldita sea, a este tío no se le escapó nada!”. Cuando Krasner fue a ver qué había pasado, le encontró mirando al vacío y un libro de Picasso tirado en el suelo.
Jackson Pollock vio por vez primera el Guernica de Picasso en 1939 en la exposición de la galería Valentine y más tarde, en noviembre de ese mismo año, en la retrospectiva dedicada a Picasso en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (MoMA), en donde desde 1944 permanece en depósito hasta su traslado definitivo a España en 1981.
Además de a Picasso, Pollock admiró la obra de otros grandes creadores presentes en el arte español, como Joan Miró o El Greco. De este último le llamaba poderosamente la atención la intensidad espiritual de sus obras, pues creía que para que el arte fuera verdaderamente poderoso, tenía que trascender y mediar para que brotaran emociones más profundas.
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Jesús Sánchez Orellana
Director de contenidos de SER Málaga. Cubre además la información turística para la Cadena SER en Andalucía....