Nombres, símbolos y aguiluchos
Retirar nombres y símbolos de una forma ecuánime, sosegada, sin revanchismos, académica y sin estridencias es algo que nos podemos permitir
La Columna de Carlos Arcaya | Nombres, símbolos y aguiluchos | 13/04/2016
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Alicante
Lo sucedido durante la Guerra Civil y el franquismo no debe ser olvidado, evidentemente.
Ahora bien, que nuestras calles sigan conservando esa impronta, que recuerden a generales, a batallas, o a aliados de los vencedores no deja de ser algo extemporáneo e innecesario.
La Columna de Carlos Arcaya / Cadena SER
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Evidentemente, hay que recordarles y nunca olvidar estos hechos pero siempre en el ámbito académico.
Retirar nombres y símbolos -incluido el enorme aguilucho de la cristalera interior del edificio del Banco de España en Alicante- de una forma ecuánime, sosegada, sin revanchismos, académica y sin estridencias es algo que nos podemos permitir.
Alguno apelará a los inconvenientes prácticos, a no remover las cosas, pero su valor simbólico es mucho más importante y por tanto, ¿por qué no se va a hacer?
