Iñigo Urkullu: “No es el final de la legislatura, seguimos trabajando”
El lehendakari saca pecho en su balance de legislatura y asegura que “hemos cumplido”
Vitoria
“No hemos terminado la legislatura, seguimos trabajando y no es el final” ha asegurado el lehendakari. No estaba previsto que anunciara lo contrario, pero es posible que el mensaje haya tranquilizado a su parroquia, los 200 altos cargos de su Gobierno que han asistido hoy al balance de Iñigo Urkullu y que en las últimas semanas llevan escuchando ese rumor de adelanto electoral.
Así que tranquilidad, ha querido transmitir el lehendakari, porque “queda mucho trabajo por hacer”.
El acto convocado en la lehendakaritza de Vitoria con motivo de los 1.000 días de la presentación de su programa de Gobierno (exactamente 1.107) que ha servido a Urkullu para sacar pecho. “Hemos cumplido y ese es el compromiso, cumplir con la palabra dada y os lo tengo que agradecer” ha trasladado a sus altos cargos.
Urkullu ha destacado el “rigor” en la gestión y el alto grado de cumplimiento de las 629 iniciativas impulsadas en ese programa cuya ejecución supera el 90%, ha dicho.
Pero el lehendakari también ha aprovechado la cita para pedir a los altos cargos su complicidad para trasladar a la sociedad un mensaje de optimismo y confianza. “Es necesario transmitir a la sociedad que a pesar de la dificultades y no decimos que la crisis haya terminado, pero es necesario decir a la ciudadanía que estamos en una tendencia positiva” ha señalado.
Según ha explicado, después de estos "años difíciles", Euskadi está creciendo “poco a poco" y aunque "va a costar tiempo recuperar lo perdido, ahora lo que toca es crecer".
“Queda mucho trabajo por hacer” ha advertido, ya no sólo teniendo en cuenta lo que resta de legislatura que también sino pensando expresamente en la próxima para la que ha comprometido, entre otras medidas, la reducción de la tasa de paro hasta el 10%, la rebaja del fracaso escolar al 8%, el desarme definitivo de ETA y un nuevo estatus político aprobado.
Todo esto rodeado de una sencilla puesta en escena en el atrio de la sede de la Presidencia y un estilo distinto al que no nos tiene acostumbrados el lehendakari: sin americana, con la camisa remangada, sin leer el discurso, aunque también sin posibilidad de preguntas que hoy tampoco tocaba.