El Pastor, Panamá y el dinero que se escurre entre los dedos
A Coruña
Estamos comprobando que vivimos y hemos vivido en una sociedad de dos velocidades. Es así desde el momento en que el ser humano acotó un pedazo de tierra y se apropió de ella y la defendió con la fuerza, no le quedaba otra. Ahora la forma de mantener esas dos velocidades se llama evasión fiscal, lobbies y condicionamiento de los sucesivos gobiernos. El pago de impuestos y la transparencia en las operaciones financieras son fundamentales para asegurar que haya suficientes recursos para ir a una sociedad igual, en la que la diferencia entre los ricos y los pobres, los poderosos y la gente común sean las menores posibles. Cuando escuchamos escándalos como el de las cuentas de Panamá o comprobamos las maniobras de blanqueo de dinero en la letra pequeña de casos como el del Pastor que les estamos contando, hoy habrá más, comprobamos que avanzar hemos avanzado, pero que ese mundo paralelo se mantiene y cada vez es mayor la diferencia entre unos y otros. Con artificios contables, legales muchas veces los recursos que permiten una vida digna para todos se escapan como se escapa el agua entre los dedos de una mano.