"Cuando me enteré de que era adoptada, hace cuatro años, me sentí sola"
Ana lamenta que sea ahora, cuando la ley les obliga, cuando el Gobierno de Canarias inicie un programa de búsqueda vital
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Mujer sola / GETTY IMAGES
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Santa Cruz de Tenerife
Ana (nombre ficticio) se enteró de que era adoptada con 30 años. Una casualidad, fruto de una expresión de una conocida rompió su esquema vital en apenas medio minuto. Hasta entonces, su historia había sido un secreto familiar, del que tuvo un amago de enterarse una vez en el colegio, pero que desechó porque nunca más escuchó algo más que refrendara un comentario de una compañera. Aquello ocurrió en 2012, y asegura que tuvo incluso que "pedir asistencia psicológica"; que ella misma buscó y se pagó.
Fue el profesional que le encaminó en lo que ahora era su nueva línea vital quien le habló de la ayuda que le podría prestar la Dirección General del Menor del Gobierno de Canarias. A ella se dirigió, y aportó los datos que ella misma había recavado por su cuenta y riesgo: una partida original de nacimiento en la que al menos había un dato de su madre biológica: su nombre y apellidos. Pero nada más.
Sin embargo, lo que desde hace casi dos años se ha convertido en la asunción de una realidad y el realzamiento de un sentimiento, el de querer buscar sus orígenes, no ha tenido repercusión ninguna. "Me ofrecieron asistencia psicológica", asegura. Pero "cuando eso sucedió yo ya no lo necesitaba". Ya se la había buscado ella. Ya la había pagado ella. De ahí que lamente que sea ahora, que la ley se lo exige desde agosto, cuando el Gobierno de Canarias inicie un proceso para dar salida a expedientes como el suyo, del que la Dirección General del Menor tiene constancia desde hace un año.