Mi homenaje anual a Eva

Firma de opinión Isabel García. Homenaje anual a Eva. Córdoba Hoy por Hoy
02:33
Compartir
El código iframe se ha copiado en el portapapeles
Córdoba
Eva fue la primera mujer valiente que plantó cara al patriarcado, se reveló contra el poder para ser libre aunque su servil marido no la comprendiera, por eso creo que en la celebración de los Ocho de Marzo Eva se merece un homenaje.
El sentido de este día es visibilizar y generar conciencia social sobre la situación de desigualdad de las mujeres en todo el mundo. Sin embargo, este sentido reivindicativo inicial se ha transformando con el paso del tiempo en un evento festivo y rutinario, asimilado por el “feminismo institucionalizado”. A veces lo hemos celebrado con nuestros entrañables peroles, en los que por cierto he disfrutado mucho y he compartido experiencias con personas maravillosas y comprometidas.
Muchas de nosotras y de nosotros sabemos hace ya tiempo que prácticamente lo único que podemos celebrar ya es la resistencia al retroceso de nuestras condiciones de vida, plasmado explícitamente en leyes de diferente naturaleza. Podemos citar bastantes ejemplos y un buen número de datos que lo corroboran, pero no hay tiempo suficiente para ello ni en un mes de columnas de opinión consecutivas.
Por poner algún ejemplo, mencionaré la diferencia tan significativa que existe entre los salarios de hombres y mujeres, tal como indica la Encuesta de Salarios publicada hace unos días por el INE. Otras encuestas indican que las mujeres no pueden tener los hijos que desean al no poder criar a sus criaturas, ya sea porque no tienen el tiempo o los recursos suficientes. También me gustaría mencionar la presencia exclusiva de hombres en eventos tan importantes como la Inauguración del Año Judicial o la Sesión de Investidura en el Congreso de los Diputados: no hay una sola mujer en la cúpula de los poderes del Estado.
Debido a esta desigualdad atávica, las mujeres hemos tenido que emprender numerosas luchas colectivas para lograr nuestras actuales condiciones de vida: hemos luchado para acceder a la Universidad, para votar, para independizarnos de la iglesia y sus dictados anacrónicos, para decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra reproducción y para liberarnos, aunque solo sea en parte, de la esclavitud doméstica.
Por eso, a pesar de que aún no es ocho de marzo, no puedo dejar de preguntarme cuándo nos pondremos serias las mujeres, cuando actuaremos como sujeto político para exigir una posición social equiparable a la de los hombres. Porque las mujeres, ya sea a través del movimiento feminista o de modo individual somos votantes de partidos a los que conducimos al poder, a pesar de que éstos traicionan nuestras reivindicaciones sistemáticamente. En este sentido se puede decir que las mujeres actuamos en contra de nosotras mismas, algo que jamás hacen los políticos. Por eso, este año ya me he puesto seria y he decidido que no volveré a hacerlo jamás.
¡Feliz ocho de marzo adelantado a todas las EVAS!