La Diputación asumirá las obras de impermeabilización del Bellas Artes
El Ararteko censura a la institución foral y al Ayuntamiento por haber permitido el derribo de la cúpula
San Sebastián
La Diputación de Gipuzkoa deberá asumir las obras de impermeabilización del Bellas Artes, después de que la SADE, la propietaria del antiguo teatro, haya hecho caso omiso al requerimiento de la propia institución y además lo haya recurrido. La Diputación dio un plazo de un mes a los propietarios para que ejecutasen las obras.
La institución foral, según ha anunciado esta mañana el diputado de Cultura, Denis Itxaso, en las Juntas, ya ha pedido presupuestos para acometer las obras, aunque posteriormente, por la vía de la ejecución subsidiaria, pedirá el dinero a la SADE.
“El problema es que tenemos una ley de Patrimonio que plantea que yo pido el gin tonic, y tú lo pagas. Eso es lo que viene a decir la ley en relación al entramado institucional de este país, donde el Gobierno vasco decide y califica, por su cuenta y riesgo, con su mejor criterio, qué edificios tienen que protegerse, y las diputaciones tendrían que gastarse tres veces su presupuesto general incluido el de bienestar social para proteger los edificios”, ha asegurado Itxaso.
La solución al conflicto pasa, según la Diputación, porque la SADE y el Gobierno Vasco se sienten a hablar y la primera asuma las obras, y el segundo, flexibilice su postura sobre los posibles usos que se podrían dar al edificio.
Por su parte, el grupo municipal de EH Bildu en el Ayuntamiento de San Sebastián ha hecho pública una resolución del Ararteko en la que el defensor del pueblo recoge que la decisión de la Diputación y del propio Consistorio de dejar derribar a la SADE la cúpula del edificio no estuvo lo suficientemente justificada.
“En ese expediente no consta ninguna justificación de la fuerza mayor que habilitaría a la administración municipal y foral a tomar esa medida. De igual modo la autorización de esa medida urgente ha sido otorgada sin considerar otras posibles opciones”, recoge el texto del Aararteko, fechado el pasado 25 de febrero.
