Listas de espera de esperanza
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Fernando González del Valle: Listas de espera de esperanza
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Alcázar de San Juan
Desde siempre, uno de los problemas de la sanidad pública que recoge la prensa con asiduidad y los programas políticos de todos los partidos son las listas de espera. Un problema recurrente que nunca ha tenido una solución definitiva. Pero, ¿pueden y deben solucionarse las listas de espera?
A nadie le gusta esperar, eso es evidente, aunque en la práctica, encontramos excepciones de esperas aceptadas socialmente. Esperamos para comprar un bien de gran valor en el mercado. En ocasiones, para comprar un coche de alta gama, un bien al alcance de unos pocos que podrían pagar cualquier tipo de capricho y también cualquier tipo de sanidad, es necesario ponerse a la cola y esperar unos meses. Esta espera se entiende y se sume porque el bien a adquirir merece la pena la espera.
La sanidad española ofrece también alta gama en sus prestaciones sanitarias. Desde la aprobación de la Ley General de Sanidad en 1986, hace ahora 30 años, no han dejado de crecer las innovaciones técnicas, las nuevas cirugías y los nuevos tratamientos. En paralelo, en este tiempo la esperanza de vida ha crecido 7 años. Ahora nuestra esperanza de vida al nacer es de 83 años y hace 30 años era de 76. Somos uno de los países más longevos del mundo (solo nos supera Japón?. Por este motivo, además de operar más patologías, más cosas, hay más cosas que operar que nunca. por eso nunca se han solucionado las listas de espera. Nunca hemos tenido tanta población envejecida que atender.
Heisenger describió su principio de incertidumbre, un hito de la física cuántica, en 1925. Según este principio no se puede conocer la posición y el momento (que podríamos asimilar a la velocidad) de una partícula subatómica. O conocemos una cosa o conocemos la otra, pero nunca las dos a la vez. Creo que en la sanidad también podemos describir un principio de incertidumbre para la relación cantidad-calidad del trabajo sanitario. O hacemos mucho con menos calidad o los pacientes esperan más y no mermamos la atención. Debemos elegir entre todos lo mejor. yo como médico y paciente, preferiría esperar, como el que espera a un coche de alta gama, y estar satisfecho al final de la espera.
Además, luchamos contra una paradoja nunca resuelta: si atendemos bien a nuestros pacientes (En la medicina privada o en la pública), a la larga tendremos cada vez más y más clientes-pacientes. Sin embargo lo que es motivo de éxito en la sanidad privada, lo es d fracaso y problemas en la pública. naturalmente los médicos y los pacientes son los mismos en una y otra sanidad y todos quieren lo mismo: atender con principios éticos y estar bien atendidos. La merma de la calidad de la atención no es una solución, por tanto, para reducir las listas d espera. Quizás debamos llegar a un acuerdo, para que el que pueda esperar espere, y esté conforme con su espera y para el que no pueda hacerlo sea atendido como se merece. Todos con la calidad deseable y deseada. Quizás la espera, sin demagogias, sea la única opción que permita el presente y cimente el futuro de nuestra fantástica sanidad española.
Fernando González del Valle