La mafia de las croquetas
La burbuja de las hipotecas que se refinanciaban hasta el infinito se asemeja a la burbuja de las croquetas, pagadas reiteradas veces hasta que un pobre cliente se comía el desecho final
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'La línea roja' de Matías Vallés (05/02/16)
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Palma de Mallorca
La mafia de la Policía Local de Palma y la mafia de los restaurantes de Palma solo tienen una cosa en común, que son la misma mafia.
Como la corrupción está en los detalles, las cucarachas en las cocinas o los spaguettis recocinados días después nos impresionan más que el esclavismo laboral. O esas croquetas que pasaban de un plato a otro. Perdían sabor pero no valor. La burbuja de las hipotecas que se refinanciaban hasta el infinito se asemeja a la burbuja de las croquetas, pagadas reiteradas veces hasta que un pobre cliente se comía el desecho final.
Perdonen este comentario impropio de la hora del desayuno pero es que, cuando una sociedad estafa hasta con las croquetas, su calidad moral queda en entredicho.
El juez del caso habla de un centenar de restaurantes implicados en la mafia de las croquetas. Por lo tanto, a oídos de la reivindicativa patronal de la restauración debió llegar más de un murmullo sobre las croquetas multiusos. En lugar de efectuar una investigación interna o una denuncia externa, prevaleció la ley del silencio.
Los restaurantes de la mafia de la croqueta son céntricos en su mayoría. Dañan sustancialmente la imagen de Mallorca, por no hablar de la reputación de un sector que no ha mostrado una especial preocupación por el escándalo. Será que no les sorprende. Los consumidores debemos recordar que, al igual que ocurre con las burbujas inmobiliarias, cuando estalla una burbuja de las croquetas empieza a inflarse la siguiente.