El marido y padre de las acusadas reconoce que éstas le hacían "escaso o nulo caso"
El excomisario de Astorga está convencido de que los policías de Burgos engañaron con tácticas "de perro viejo" a Triana y Montserrat para arrancarles la confesión del crimen y localizar el arma
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El inspector de Policía Pablo Antonio Martínez, marido y padre de dos de las acusadas del asesinato de Isabel Carrasco, Montserrat González y Triana Martínez, ha abierto hoy el turno de declaraciones en el juicio que se celebra en la Audiencia de León / J. Casares (EFE)
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León
El padre de Triana y marido de la asesina confesa Montserrat González ha sido el primero el pasar por la sala de vistas en la octava jornada de juicio. Pablo Antonio Martínez, comisario de Astorga en el momento de los hechos, ha declarado que no se imagina a su mujer comprando un revólver en el mercado negro y yendo a hacer prácticas de tiro como ella misma ha declarado. Es más, asegura que no le consta que ni su mujer ni si hija supieran manejar armas de fuego. Lo que sí que conocía era la inquina que tenía su esposa hacia Isabel Carrasco.
Pablo Martínez también ha relatado como fue el momento en el que se enteró de que su mujer y su hija habían sido detenidas por el crimen de Carrasco. Fue sobre las seis de la tarde del 12 de mayo cuando se encontraba en su despacho tras haber vuelto del paseo de dos horas que da cada día después de comer. Un policía de guardia le transmitió la noticia que le dejó en estado de shock. Lo primero que hizo, no obstante, fue comprobar que su arma reglamentaria estaba en su sitio. Ha reconocido que le pidió a un compañero que se la llevase por miedo a cometer una locura. También se puso en contacto con sus colegas comisarios de Ponferrada y León, y con su amigo el abogado Cornejo, que prestó declaración el pasado martes, para pedirle que se hiciese cargo del asunto.
El excomisario de Astorga también ha declarado que su mujer y su hija le hacían "poco caso, escaso o nulo". Él insistió en muchas ocasiones a Triana que se fuese de León en busca de oportunidades profesionales más amplias, pero madre e hija tenían lo que ha descrito como una "obsesión auténtica" por permanecer en León. Asegura que tampoco sabía nada de la plantación de marihuana que tenía su mujer en Carrizo ni conoce el nombre de la persona con la que Triana mantuvo una relación de cuatro años. Aunque lo ha preguntado en varias ocasiones, sobre todo a su mujer y también después del crimen, no le han querido desvelar su identidad.
Pablo Martínez está totalmente convencido de que los policías de Burgos recurrieron a engaños con el objetivo de encontrar el arma homicida. "Las enredaron argumentando una supuesta amistad conmigo, cuando no les conozco de nada, con el fin de engañarlas para llevarlas al huerto". Una afirmación que basa en su propia experiencia profesional y que describe como una treta de "perro viejo" por parte de policías curtidos en la investigación de homicidios.
Juicio por el crimen de Isabel Carrasco - Comisario Pablo Antonio Martínez (28/01/16)
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