‘No lo entiendo’
Firma Emy Luna 'No lo entiendo'
02:55
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Algeciras
Me gustan mucho los refranes porque están llenos de una verdad ratificada por el uso y el tiempo. El que hoy me asalta es el que dice que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra. Tomando estas palabras como punto de partida, confesaré que hay cosas que aún no entiendo en la actualidad de nuestro país.
No entiendo que fracasemos en el camino hacia la conciliación cuando la experiencia nos ha enseñado que fomentar la división es plantar la semilla de la discordia.
No entiendo que, hartos de comprobar que la intolerancia no trae más que dolor, no nos rebelemos contra quienes caldean los ánimos de la violencia en su propio beneficio.
No entiendo como a estas alturas los españoles podemos tomar en serio la literatura barata con la que nos intentan manipular desde los medios día tras día.
No entiendo que aún haya quien ignore que acoger la opinión del contrario es respetar su dignidad.
No entiendo por qué hemos dejado que la política empañe cualquier aspecto de nuestra vida, desde el laboral hasta el de los afectos, pasando por el de la Cultura.
No entiendo que nuestras formas de pensar, nuestras creencias y nuestras opiniones se pongan en tela de juicio cuando la ley fundamental de un Estado de derecho como el nuestro ampara la libertad de credo y de ideologías. Y en todo esto tiene mucho que ver el cuarto poder, los creadores de opinión: los medios de comunicación.
Recuerdo el tiempo en que, recién estrenada la democracia en España, los españoles nos sentábamos frente al televisor para escuchar con devoción a unos políticos que nos explicaban las cosas como eran, no como a ellos les convenía que fuesen. El ciudadano inquieto y con ganas de aprender tenía a estos señores como referente. Nos plantábamos frente al televisor ilusionados ante la calidad de los debates y de sus participantes, en un tiempo en que el respeto y las buenas formas eran norma obligada. Porque el debate, además de ser la exposición de ideas diferentes sobre un mismo tema, siempre ha constituido una fuente de aprendizaje y enriquecimiento para quienes participan y asisten a él. Ayudan a flexibilizar las posturas, a enriquecer la propia opinión, y contempla, he aquí lo que más me llama la atención, la posibilidad de cambiar de forma de pensar y aceptar la del contrario. Pero evidentemente, estoy hablando de una manera de ser y predicar política que desapareció hace mucho tiempo. Hoy se debate desde el egoísmo, para alentar la construcción de un país provisional, un país sin proyección hacia el futuro, olvidando el mundo que dejaremos a los que vienen detrás. Y como dice un proverbio chino: "Una Sociedad se hace grande cuando los ancianos plantan árboles aunque sean conscientes de que nunca se sentaran a su sombra"