Creían que su hijo resucitaría
El juez ha dejado en libertad provisional a los padres que convivieron con el cadáver de su hijo de 7 años muerto en un piso de Girona. Dice el fiscal que no hay intencionalidad, que los padres no tienen ningún trastorno mental pero sí quedaron muy afectados y que no asumían haberlo perdido
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Los juzgados de Girona donde han declarado los padres del niño de 7 años que fue encontrado muerto / Nerea Guisasola (ACN)
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Girona
El juez les sigue considerando autores de un homicidio imprudente y no retirará estos cargos hasta que haya terminado de analizar todas las pruebas que se recogieron. No les ha devuelto el pasaporte hasta que todas estas pruebas hayan sido estudiadas, especialmente las toxicológicas.
El fiscal, Enrique Barata, explicó que el niño pudo morir por una crisis respiratoria debido a una afectación crónica que padecía. Según esta versión, un día el menor ya no se despertó, el padre lo intentó reanimar con un masaje cardiaco pero en ningún momento recurrieron a un médico para que el matrimonio no cree en la medicina convencional.
La familia -de fuertes convicciones religiosas- estaba convencida de que el niño resucitaría y por eso no se movía de su lado. Según el fiscal, hacía entre 1 y 3 meses que el niño estaba muerto cuando lo encontraron.
Enrique Barata dice que no hay intencionalidad y que la hipótesis de una negligencia también "va perdiendo fuerza".
Los Mossos descubrieron el cuerpo del niño el 5 de enero, envuelto en mantas y en un estado avanzado de descomposición. Se da el caso de que una patrulla visitó ese piso el pasado 31 de diciembre para que compatriotas del padre -que es norteamericano- alertaron el consulado que hacía muchos días que no lo veían ni sabían nada. En aquella visita, los agentes no notaron nada extraño.
El matrimonio tiene dos hijos más, de 12 y 14 años, que también convivieron con el hermano pequeño muerto.