Un año para la incertidumbre
Francisco Castañares, empresario y presidente de AEEFOR, analiza el escenario poselectoral en España y el dilema entre pactos o repetición de elecciones
Acabamos de echar el cierre a un 2015 que se recordará como un año en permanente estado electoral (andaluzas en marzo, autonómicas y municipales en mayo, catalanas en septiembre y generales en diciembre). Cuatro elecciones en 12 meses, una cita electoral cada trimestre. ¿Alguien dijo que los españoles votábamos poco?
Las elecciones son siempre una fiesta de la democracia, aunque a veces dejen resultados muy complicados de gestionar para los dirigentes políticos. ¿Significa esto que los electores se equivocan y han de rectificar? Eso parece deducirse de las declaraciones de la mayoría de los dirigentes políticos, a la vista del clarísimo riesgo de repetición de elecciones en Cataluña y la amenaza de ingobernabilidad que se cierne sobre el Parlamento español.
Pero se equivocan los que estén acariciando la idea de una repetición electoral, ya sea en Cataluña o en España. Los electores no se equivocan. Han decidido un escenario tan complicado como respuesta al ejercicio que de las mayorías absolutas, como si de poder absoluto se tratase, han hecho aquellos partidos que en su día dispusieron de ellas.
Es verdad, como dicen algunos, que hay una mayoría de españoles que no quiere que gobierne Rajoy. Pero no es menos cierto que hay mayorías aún mayores de españoles que no quieren que gobierne Sánchez, ni Iglesias, ni Rivera.
La solución quizá esté en hacer una lectura más fina de los resultados electorales, buscando acuerdos amplios, coherentes y con respaldo parlamentario suficiente para poder dar respuesta a los problemas que tienen los españoles. Se requiere altura de miras, generosidad y, muy probablemente, líderes nuevos en todas las formaciones políticas que han tenido, como poco, rechazos superiores al 70% y 80% de los españoles.
