Salvar la dignidad
Jesús López Santana, experto en comunicación social, analiza los retos sociales en el nuevo escenario político y la responsabilidad de dirigentes y partidos para abordarlos
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Apenas unos días atrás finalizaba 2015, un año en el que por activa y por pasiva el Gobierno, ahora en funciones, nos ha hablado de la recuperación económica, de la salida de la crisis, de la buena marcha de los mercados…
Igual hasta es posible que, como dicen los expertos, todo esto pueda ser verdad, salvo alguna cosa. Y es que, la realidad cotidiana, nos traslada cada día historias tristes, historias terribles de personas que están pasando serias dificultades: para encontrar un trabajo, para mantener una vivienda digna, para completar la cesta de la compra, pagar la luz, el agua, o adquirir ropa.
Por si fuera poco, el panorama político tras las elecciones del 20 de diciembre es poco halagüeño. Ninguna fuerza política ha obtenido respaldo suficiente para gobernar. Por todo ello, y por muchas cosas más que, probablemente, no tendrían cabida en este espacio, se impone más que nunca un poco de cordura, de compromiso, de lucha conjunta para que el bienestar social no dependa de las cenas y mercadillos solidarios. Y aunque algunos no vean a gente viviendo bajo los puentes, o no entiendan que muchos huyen de sus países porque son perseguidos, es una demoledora realidad mucho más cercana de lo que pueda imaginarse.
La sociedad civilha dado ya sobradas muestras de que “otro mundo es posible” y ahora, en este año que comenzamos, nuestros dirigentes, aquellos que hemos elegido por sufragio, tienen delante un panorama en el que deben echar el resto y estar a la altura por encima de sus intereses personales, por encima de los intereses de sus partidos, con un único objetivo: salvar la dignidad de las personas que les hemos puesto ahí.