Adiós con la cabeza alta

Irun

El Bidasoa -Irun ha caído eliminado de la Copa del Rey con toda la dignidad del mundo, con la cabeza muy alta. Ha perdido 30-31 en Artaleku contra el Anaitasuna de ASOBAL, que ha necesitado hasta el último segundo para llevarse la eliminatoria y seguir vivo en la competición del KO.

Los irundarras, claros aspirantes a ascender a la Liga Asobal, se han permitido el lujo de reservar algunos jugadores, como el zurdo Iago Muiña, que no ha sido convocado, y el extremo Kauldi Odriozola, con el fin de que el equipo llegue entero a la final que le espera el sábado en Valladolid, líder de la División de Honor Plata con un solo punto más que los guipuzcoanos. Pese a ello y a que Anaitasuna ha puesto todo su potencial sobre la cancha de Artaleku, el partido se ha jugado de poder a poder, sin que en ningún momento se evidenciase la diferencia de categoría ni tampoco la superioridad física que exhibían los navarros, desarbolados en los minutos iniciales por rápidos y efectivos ataques de los bidasoarras.

Bidasoa ha salido concentrado en defensa, con un 5-1 poco habitual en los equipos de Fernando Bolea pero que ha puesto en dificultades a Anaitasuna, que en la primera fase del partido solo ha encontrado la portería a través de los lanzamientos de Alejandro Costoya. El Bidasoa ha mantenido la iniciativa en el marcador durante la mayor parte del choque, con una máxima diferencia de tres goles en el minuto 13 de la segunda parte, lo que ha motivado el tiempo muerto solicitado por el entrenador pamplonés, Juanto Apezetxea.

A partir de ahí, los navarros han ajustado su defensa 6-0 y han puesto en mayores dificultades a los atacantes del Bidasoa, que a su vez, sufría en defensa para controlar los lanzamientos de Costoya, el más incisivo de los rivales, y de Silva, letal en los momentos decisivos. En la parte decisiva del encuentro Anaitasuna ha hecho valer la diferencia de banquillo y calidad y ha conseguido maniatar el ataque amarillo, para gozar de pequeñas ventajas que ha sabido gestionar hasta el final, pero sin despegarse de un incómodo equipo amarillo, que ha vendido muy cara su eliminación copera, aunque no sea uno de sus objetivos.