Más de 500 personas en La Procesión de Las Lámparas

Brañosera

Se agotaron las antorchas, se agotaron los cuencos, las cucharas y las sopas de ajo. 500 cuencos y 500 cucharas previstos por la organización no fueron suficientes para una población que revivía alguno de los momentos más entrañables de su historia reciente. Apenas 80 vecinos quedan tras más de 40 años de éxodo de una población que a mediados de los años 60 contaba con Hospital, Farmacia, Cuartel de la Guardia Civil, Colegio de Monjas, y que el 1912 alumbraba el Primer Cine de la Provincia de Palencia.

Si impresionante era ver la interminable cola de antorchas iluminando la fría noche desde el castillete del Pozo Rafael, más impresionante aún era descubrir unas pupilas humedecidas por la emoción de algunos viejos mineros. Pero es que los ciudadanos, y los hijos de los ciudadanos, y los nietos de los ciudadanos que un día se vieron obligados a abandonar esta porción del Primer Municipio de España mantienen viva la vela de la relación con el lugar de sus orígenes. Y presumen de su procedencia, tanto, que desde hace ya cuatro años acuden en masa a la llamada para celebrar una de sus más entrañable fiestas en el recuerdo: la de su sentir minero, la de Santa Bárbara. A las puertas del invierno, llueva, nieve, o, incluso aunque haga sol, cada año ellos y otros tantos vecinos de las poblaciones de los alrededores se multiplican abarrotando La Procesión de Las Lámparas.