Arturo Ripstein: “La necedad conduce mi carrera ¿y le dan un premio? Soy muy dichoso”
Santiago de Compostela
“Ésta es la película que revela un cine mexicano diferente. Ésta es la historia de lo que tenía que suceder irremediablemente”.
Tráiler de “Tiempo de morir”.
La historia de Arturo Ripstein (Ciudad de México, 1943) es la historia de Cineuropa. El director llamado a cambiar el cine mexicano ha estado presente en el festival desde su primera edición, en 1987, cuando se proyectó “El imperio de la Fortuna”. 29 años después, está en Santiago para recibir el premio a toda su carrera.
Arturo Ripstein en Hoy por Hoy Santiago
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“Es un privilegio”, aseguró con su fina ironía en Hoy por Hoy Santiago. “Me da mucho gusto porque no es por una película específica, sino por un trayecto, el premio a cincuenta años de labor; no puedo más que confesar la vergüenza de haber estado cincuenta años en este asunto. Mi carrera está hecha a base de la contumacia y la buena suerte, es la necedad la que me conduce, ¿y me dan un premio a la necedad? Soy muy dichoso”.
Ripstein recibirá el galardón acompañado por alguien que lo tiene desde hace tres lustros, Marisa Paredes (Premio Cineuropa 2000). La dirigió en "El coronel no tiene quien le escriba" y en “Profundo carmesí”, la película que se proyectará en el Teatro Principal tras la ceremonia.
A Ripstein le encantan las historias de crímenes por su estructura; asegura que pronto tuvo claro que “la manera de contar el cuento es el cuento y es la estructura la que le da manera”. Él conocía los hechos en los que se basa “Profundo carmesí” muchos años antes de que William Castle rodase la primera versión, “The honeymoon killers” (1969). Un cuarto de siglo después, pensó que todo el mundo la habría olvidado hasta que, tras estrenar en el Festival de Venecia, Bernardo Bertolucci le confesó que la de Castle era “su película favorita”; y fue sólo el primero de muchos, reconoce hoy entre risas.
“CINEURGO” PREDESTINADO
Hijo de productor, Arturo Ripstein nació en unos estudios de cine. Sus primeros recuerdos son estar sentado en las rodillas de Carlos Savage, el premiado editor de las películas de Luis Buñuel, al que pudo ver rodar "El ángel exterminador". “Tuve el privilegio de estar parado en el plató sin ser jamás su asistente, que es la acusación que me hacen. Buñuel me tomó un poco como hijo porque los suyos le salieron idiotas al maestro”.
Su primera película, “Tiempo de Morir” (1965), fue un western guionizado por García Márquez y Carlos Fuentes. A Gabo, “antes de convertirse en un busto ecuestre de sí mismo” lo trató mucho mientras escribía “Cien años de soledad”. Desde aquel debut han pasado cinco décadas, una veintena de producciones y un sinfín de premios: dos Conchas de Oro en San Sebastián, tres Arieles en La Habana o el Premio Nacional de Ciencias y Artes en su país.
Hoy, este cineurgo (como lo bautizó el director de Cineuropa, José Luis Losa) tiene claro que sólo podía haberse dedicado al cine: “mi destino era precisísimo”. Como diría el tráiler de su ópera prima, “tenía que suceder irremediablemente”.
A punto de cumplir 72 años, Ripstein sigue mirando al futuro. Se muestra ilusionado, sobre todo, por la posibilidad de poder rodar un antiguo proyecto sobre el exilio español en México, “un guión muy lindo” que se frustró en su momento “por razones catastrofistas” y que su mujer y guionista, Paz Alicia Garciadiego, está reescribiendo. “Está quedando una cosa hermosísima”.